Suspenden el juicio contra un acusado de violar y maltratar a su ex al sufrir una angina de pecho la noche antes
Por Natalia Puga
La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra se ha visto obligada a suspender un juicio previsto contra un hombre acusado de maltrato habitual y de un delito continuado de violación por agredir a su ex pareja y obligarla a mantener relaciones sexuales en contra de su voluntad en el domicilio en el que habían convivido con el hijo que tienen en común y en una pista forestal de Barrantes, en Ribadumia. El motivo de la suspensión es la enfermedad sobrevenida al acusado la noche previa a la vista oral.
El juicio estaba previsto para este jueves, pero a primera hora de la mañana las partes personadas tuvieron conocimiento de que tan sólo unas horas antes había sufrido una angina de pecho y a la hora prevista para la vista estaba ingresado en el Hospital do Salnés, de modo que se suspendió y se celebrará el día 14 de noviembre.
En todo caso, la Fiscalía, a acusación particular y la defensa del acusado están intentando llegar a un acuerdo de conformidad que evite la celebración del juicio. Según ha explicado la abogada de la víctima, María Dolores Salgueiro, una condición innegociable para que se llegue a ese acuerdo es que el acusado reconozca los hechos y, en conreto, la agresión sexual.
Previamente a esa acuerdo, que podría reducir la condena del procesado, tanto el fiscal como la acusación particular piden que el hombre, J.M.L.M., sea condenado a 18 años de prisión, 15 por el delito continuado de violación y tres por el maltrato habitual,y al pago de una indemnización a su víctima de 120.000 euros.
Además, piden al tribunal que le imponga la prohibición de acercarse a menos de 300 metros de su víctima y comunicarse con ella por cualquier medio durante 25 años por el primer delito y ocho por el segundo, una medida de libertad vigilada y la obligación de realizar un programa de educación sexual y un programa relacionado con la violencia contra la mujer durante 5 años.
El acusado y su víctima mantuvieron una relación durante cinco años y tuvieron un hijo en común. Tras la ruptura en agosto de 2015, ella siguió en la que había sido la casa familiar durante un mes, hasta que ella se fue a casa de sus padres. Durante ese tiempo, la Fiscalía sostiene que él la obligó a mantener relaciones sexuales plenas en contra de su voluntad, sin atender a su oposición expresa. Ella se negó a hacerlo abiertamente, diciéndole expresamente que no quería, pero él la obligó y ella no opuso más resistencia por miedo a represalias.
Esas relaciones sexuales forzadas ocurrieron primero en el domicilio que compartían, en el que él la obligó amenazándole con "te mato, te barro si te veo con otro; si te veo con alguien le voy a pegar o a matar" o diciéndole que "si gritaba la iba a callar para siempre" al tiempo que alzaba el puño.
Cuando su relación ya estaba definitivamente rota y había cesado su convivencia, un día le exigió que fuese a buscar al niño al colegio "sola" y, después de recoger a su hijo en el colegio de Ribadumia y dejarlo en casa de los abuelos, la obligó a ir tras él en dirección a Barrantes, se salió de la carretera por una pista que conducía a un lugar aislado y le obligó de nuevo a mantener relaciones en contra de su voluntad en el coche.
La abogada de la víctima asegura que su clienta lleva los últimos casi dos años a tratamiento psicológico, pues "non é unha situación fácil da que se poida saír facilmente". Además, insiste en que "hai cousas que nin o tempo nin os cartos nin a condena que poida existir vai saldar ese dano sufrido".