Pedirá el indulto de una condena por tráfico de drogas para cuidar de su marido con problemas de visión
Por Natalia Puga
Su última detención la realizó la Guardia Civil en mayo de 2010 junto a su marido, su hija y su yerno por vender droga en su chabola del poblado chabolista de O Vao, pero María Dolores Jiménez Gabarre, más conocida por el apodo de 'La Coneja', era conocida en ambientes policiales y vecinales desde mucho antes por su vinculación con el tráfico de drogas. Tiene condenas anteriores y este martes 26 de febrero aceptó tres años de prisón por vender droga desde su chabola. Pese a su historial, su abogado, Fernando Romay, pedirá su indulto. Pretende alegar ante el tribunal que la mujer necesita cuidar de su marido.
Su marido, Carlos J.G., también fue detenido en la misma redada en O Vao en mayo de 2010 y también se sentó como acusado ante un tribunal este martes, pero en su caso el fiscal retiró la acusación al no encontrar acreditado que participase en las mismas actividades realizadas por su mujer, su hija y otras dos personas usando su chabola como centro de venta de drogas.
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra absolverá a Carlos J.G. y condenará a 'La Coneja', que ya fue penada a tres años y dos meses de prisión por tráfico de drogas el 21 de deciembre de 2005. Ni el fiscal ni las partes personadas en la causa recurrirán la absolución, pero la derensa de María Dolores Jiménez Gabarre sí actuará una vez que se dicte sentencia para pedir su indulto. Su marido necesita su ayuda porquel, según el letrado, no tiene visión en el ojo izquierdo y en el derecho solo ve una décima parte de lo que debería.
La petición del indulto tendrá que valorarla un tribunal que no podrá obviar los antecedentes de una mujer a la que los vecinos de Monte Porreiro ya expulsaron en su día de su barrio. Tras el derribo de tres chabolas de O Vao, su hija fue realojada en los polémicos realojos frustrados en esta urbanización pontevedresa. 'La Coneja' se fue con su familia, pero no llegaron a instalarse, una manifestación vecinal a la puerta del piso en el que pretendían instalarse lo frustró.