Elio Berhanyer: "Ya quisiera Cibeles tener lo que he visto en Pontevedra. Estoy totalmente fascinado"
Por Alejandro Espiño
Hablar de Elio Berhanyer (Córdoba, 1929) es hablar de moda con mayúsculas. Considerado uno de los grandes representantes de la moda española en el mundo, lleva casi siete décadas trabajando sin descanso. Llegó a ser el costurero fetiche de la reina Sofía o la estrella de la época dorada de Hollywood, Ava Gardner. Pero a sus 83 años, no piensa en retirarse. "Lo haré cuando me marche al castillo de irás y no volverás", dice entre risas.
Atiende a PontevedraViva antes de ejercer como jurado en Debut 2012. Asegura estar "totalmente fascinado" con los diseños de las jóvenes promesas que salen de la Escuela Superior de Deseño e Moda de Galicia. "Hay cosas maravillosas. Estoy muy sorprendido. No esperaba encontrarme esto aquí", reconoce el veterano diseñador. "Ellos me dicen que se hacen diseño artesanal. Yo les digo que no, lo que hacen es arte".
¿Tenemos buena cantera en Pontevedra entonces?
Magnífica. Ya quisiera Cibeles tener lo que he visto aquí estos días. Es fantástico. Me alegro mucho de haber sido invitado. Desconocía totalmente que hubiese esta cantera aquí, una escuela que funciona tan bien como esta. Y en este sitio que, por otro lado, tiene un lugar importante en la moda, desde el momento que de aquí surgió Zara.
¿Qué consejo le daría a estos jóvenes diseñadores que están empezando?
"He visto que aquí hay gente muy buena. Por muy mal que vayan las cosas espero que no abandonen ese camino que han emprendido"
El problema es que estamos pasando un momento muy difícil. Los ya muy consagrados ahora no tienen ventas, no se vende nada. Es una crisis total. No se vende moda, no se venden coches, no se vende vivienda, no se vende nada. Estos chicos que empiezan ahora lo hacen en uno de los momentos más difíciles que ha tenido este país. El presente es totalmente ruinoso.
Por eso lo mejor que puedo hacer es recordarles que son muy jóvenes, que tienen mucho tiempo por delante. La crisis no va a durar eternamente y yo lo que quiero es que no desfallezcan, que tengan ilusión. He visto que aquí hay gente muy buena. Por muy mal que vayan las cosas espero que no abandonen ese camino que han emprendido.
En los años 60 y 70, España vivió su época de máximo esplendor en glamour e imagen del lujo. Usted fue protagonista de esos años. Era casi como estos chicos. ¿Qué recuerdos tiene de aquellos días?
Fue una época gloriosa para la moda española. La alta costura con gente como Cristóbal Balenciaga o Pertegaz. Fueron unos años mágicos. Luego llegó el pret-a-porter, Balenciaga cerró y dijo que no lo haría nunca. Pedro Rodríguez y Pertegaz también se negaron. Y el único que se atrevió en aquella época fui yo. Estaba enamorado de mi trabajo por lo que no lo dudé ni un segundo. Entré en un mundo completamente diferente.
La alta costura y el pret-a-porter no tienen nada que ver. Pasamos a hacer ropa por tallas, vendiéndolas a las tiendas, sin saber quién las compraba En la alta costura estábamos acostumbrados a atender directamente a la clienta, hacer las medidas, estar con ella en las pruebas, trabajar con una riqueza de materiales que ya no podías tener. Vamos, otro mundo. No todos lograron, o quisieron, adaptarse.
¿Ha cambiado mucho el panorama de la moda en nuestro país desde entonces?
Es otro mundo. Todo empezó a cambiar en el año 1974. El ministro de Hacienda estableció un impuesto por el que se quedaban el 60% del bruto de las ventas. Aguantamos cuatro años. En 1978 tuvimos que cerrar todos. Y desde entonces, España no ha conseguido recuperar ese altísimo nivel que, por el contrario, siguen conservando Francia o Italia. No tenemos más que firmas pret-a-porter y, desgraciadamente, no salen del país. Cibeles no sale de España y tampoco vienen compradores. Así es imposible levantar cabeza.
Entonces, ¿el principal problema fue la falta de apoyo institucional?
"En España, el Estado no ha creído nunca en la moda como un gran negocio. Y sigue sin creer"
Apoyo del Gobierno nunca hemos tenido, esa es la verdad. A pesar de la crisis que hay en Europa, la moda es uno de los sectores más importantes de Italia. En cualquier ciudad de Estados Unidos habrá una tienda Armani. Cuando nos impusieron ese impuesto terrible, ese mismo año Italia eliminó todos los impuestos a la moda, para que pudiesen distribuir su ropa en todo el mundo. En España, el Estado no ha creído nunca en la moda como un gran negocio. Y sigue sin creer.
Y eso a pesar de la gran cantidad de puestos de trabajo que genera
Y no sólo eso. A pesar de todo, la afición a la moda de la gente joven es inmensa. No hay tanto estudiante o chico joven que se dedique a intentar triunfar en la moda como en España. Ni en Italia ni en Francia hay tanta afición. Es impresionante. Los jóvenes creen en esto y espero que el Gobierno termine ayudando.
Retomando el tema Zara, en los últimos años, la moda gallega ha demostrado que es mucho más que Inditex
Así es, pero Zara lo fagocita todo. Inditex es la segunda firma más importante del mundo. Está en casi todos los países. Aunque no en todos ellos saben que es una marca española. En Estados Unidos piensan que es inglesa. Y eso es un gran fallo, para ellos y para el resto del sector. De todas formas con su ejemplo, el Gobierno debería espabilar y ayudar a otras empresas, a gente que empieza. Y nada, no conseguimos que lo entiendan.
¿Cree que si estas empresas vinculasen su nombre a la marca España, ayudarían al sector del sector? ¿Que tirarían de ellas?
"Aunque se habla muy mal de él por otros motivos, la etapa de Franco fue realmente extraordinaria para la moda"
No creo que fuese suficiente. El problema es que los españoles tenemos un defecto muy gordo. Para un francés lo mejor es lo francés, para un italiano es lo italiano. Para un español, lo mejor es lo de fuera. Y eso ha ocurrido siempre. Y los medios no nos apoyan. Tú abres las revistas de moda y el 90% están dedicadas a la moda francesa, italiana o americana. Nada más de dos páginas para el producto español. La misma televisión le da más importancia a un desfile en Francia que a uno en España. Eso influye en que lleguemos a pensar que lo nuestro no es lo importante.
¿Cómo calificaría entonces el momento que vive la moda en nuestro país?
Tenemos mucha creatividad y muy buenos diseñadores, jóvenes que ya están consagrados. En Cibeles tenemos una gente estupenda. El único problema, repito, es que hay que salir fuera. Si no vienen a comprarnos aquí, tenemos que ir nosotros. Aunque para ello hace falta tener un gobierno que nos apoye. Esa es la realidad. Miremos a la época de la alta costura. Aunque se habla muy mal de él por otros motivos, la etapa de Franco fue realmente extraordinaria para la moda. Nos apoyaban mucho económicamente. Yo pasaba mis modelos en todos los países del mundo. Ahora no sé qué pasa. El gobierno se ha desentendido. Y no es por la crisis, porque ya no nos atendían antes de la crisis.