La mortalidad por el calor se sitúa en los 29,5 grados en las Rías Baixas
Por Oskar Viéitez
El riesgo para la salud por el calor varía en función de la orografía de la zona de residencia.
Para un vecino de Pontevedra, 29,5 grados puede ser ya una temperatura peligrosa. El umbral se situaría, sin embargo, en 33,3 para uno de Cerdedo, mientras que para el vecino del municipio lucense de Chantada, el termómetro debería superar los 32,2 grados.
Por cada grado extra que la temperatura supera esos umbrales, el riesgo de mortalidad crece entre un 9,1% y un 10,7%.
El Ministerio de Sanidad acaba de activar un mapa muy preciso, con 180 zonas, para medir el impacto del calor en la salud, dividido en áreas geográficas con umbrales de temperatura máxima, agrupando todos los municipios que comparten características climáticas similares dentro de cada provincia.
La ministra de Sanidad, Mónica Garcia, ha presentado la campaña "Un Verano de Cuidado" que tiene como finalidad desarrollar una cultura del calor fomentando hábitos individuales y colectivos de autoprotección y cuidado para reducir los impactos del calor en la salud.
Otro objetivo de esta campaña es comunicar consejos de manera efectiva, transmitiendo de forma clara y concisa las medidas de prevención y protección frente a las altas temperaturas.
Por último, también se pretende resaltar la dimensión comunitaria, enfatizando la importancia del cuidado mutuo y la responsabilidad colectiva en la protección frente al calor.
Las zonas de España más calurosas ya tienen una cierta cultura del calor que hay que reforzar y renovar, ha dicho la ministra, "y que tenemos que trasladar a zonas que tradicionalmente no eran tan calurosas en verano y que ahora por el cambio climático sí lo van a ser".
El verano pasado fue el más caluroso jamás registrado en el Planeta, y en España más de la mitad del mes de agosto estuvo bajo avisos de olas de calor. Desde el sistema europeo de satélites Copernicus ya ha advertido que existe una alta probabilidad (por encima del 70%) de que este verano vuelva a ser más cálido de lo normal.
Según las estimaciones del sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas (MoMo), el año pasado el exceso de mortalidad atribuible al exceso de calor fue de 3.009 casos.
En este contexto, ha recordado Mónica García, "es esencial ser claros y contundentes: el negacionismo climático es perjudicial para la salud. El negacionismo climático, pero también las posiciones políticas que lo blanquean. Negar la realidad del cambio climático es poner en riesgo la salud de la población, así que el primer paso para enfrentar esta emergencia climática es rechazar contundentemente aquellos discursos que lo amparan".