Seres indóMITOs: Xosé Fortes
Si hay un año marcado a fuego en la historia de nuestro país y en la de nuestro protagonista ese es el 1975. Curiosamente, ese mismo año un joven Bill Gates pronunciaba aquella histórica y profética frase en la que manifestaba su aspiración a que hubiese un ordenador en cada casa. El recuerdo de esta frase no es casual, pues parafraseándola, si algo nos gustaría a aquellos que conocemos a Fortes es precisamente eso, que hubiese uno en cada casa.
Pepe Fortes concentra en su persona no se si todos, pero desde luego una cantidad considerable de buenos atributos que a cualquiera le gustaría tener cerca y para sí.
Hace unas semanas otro medio titulaba una entrevista a Fortes con las palabras "leído y feminista" y aún compartiendo esos, añadiría un tercero, “soñador", pero de los que saben que los sueños se trabajan aun conllevando riesgos y aunque sean tan grandes y esperanzadores como el de traer de nuevo la Democracia a España.
-Dime una pregunta que nunca te haya gustado que te hicieran.
Ninguna, no existe ningún tema tabú para mí.
- ¿Quién es Pepe Fortes?
Es un hombre de 90 años con una vida muy dilatada.
- ¿Cómo es tu relación con Pontevedra?
Buena. Como diría aquel, es la ciudad en la que estudié el bachillerato. La de uno. Nací en Cotobade pero muy joven vine para aquí. Soy pontevedrés y siempre he defendido la ciudad. Fui concejal precisamente para eso, especialmente para salvarla de las atrocidades que se pretendían hacer en urbanismo. Salvé la zona de A Xunqueira cuando las máquinas ya estaban allí metidas.
- ¿Cómo recuerdas la casa en la que te criaste?
Estaba en Cotobade. Era una casa a la que se le veían las “costuras", de la reconstrucción que había hecho mi abuelo, con una finca con unas cosechas boyantes. Recuerdo que nunca faltaba el café porque mi abuelo había estado en Brasil y se había vuelto muy cafetero. Éramos pobres, pero quizá los menos pobres de la aldea, por eso mi maestro animó a que me trajeran a Pontevedra a continuar mis estudios pues allí ya no tenía mucho más que hacer. Éramos 6 en aquella casa: mi madre, mis dos tías y mis abuelos, aunque mi abuelo murió cuando yo tenía solo 6 años.
-Creciste entonces rodeado de mujeres, ¿de qué forma influyó eso en tu educación?
Influyó mucho. Con la muerte de mi abuelo se produce un gran cambio en mi vida pues por primera vez paso a tener habitación propia, lo que fue un cambio cualitativo a mejor, aunque también implicó otros a peor, pues muy joven empecé a encargarme de lo que se consideraban tareas masculinas como segar, arar, preparar la leña… En la aldea se educaba en masculino o en femenino sin sospecha de la más mínima ambigüedad.
- ¿Qué te queda de tu paso por las aulas?
Me queda la idea de que cambiamos la educación. En mi instituto diseñamos un horario que costó mucho que fuese aprobado pero que años más tarde la propia Consejería copió, usándolo como modelo en toda Galicia. Nos esforzamos por potenciar las competencias transversales, por implantar la semilla de la curiosidad en nuestro alumnado, y para eso desarrollamos un sinfín de actividades en las que contamos con la ayuda de auténticas eminencias en distintas materias. Fueron los mejores años de mi vida.
- ¿Alguna anécdota que recuerdes especialmente?
La del día que prohibí fumar al alumnado en clase. Por entonces se fumaba en todas partes, hasta Felipe en el escaño. Al día siguiente de comunicar la norma apareció una pancarta que decía “Se fuma o patrón, fuma o mariñeiro", por lo que tuve que pedirle al profesorado que también dejase de fumar dentro del aula (risas).
- ¿Y de tu paso por el ejército?
Recuerdo mi empeño por potenciar la educación. Entendía el ejército como “escuela, taller y familia". El 30% de mi primera compañía era analfabeto, por lo que decidí pedir material para crear unas tienda-aulas en las que los maestros de la compañía enseñasen a sus compañeros.
- ¿Qué le dirías al Pepe Fortes de los 15 años?
Que el romanticismo no es la mejor visión del mundo, que iba a caducar.
- ¿Y al de los 40, recién encarcelado?
Hiciste bien Pepe Fortes.
-Si te encontrases con el conocimiento en persona y le pudieses hacer una pregunta, ¿qué le preguntarías?
La verdad es que es estas alturas de mi vida no tengo grandes dudas sobre casi nada. Ni siquiera sobre el más allá. Desde hace mucho soy agnóstico porque siendo pequeño un cura me dijo que tenía que escoger entre dejar de leer libros o vivir en pecado mortal. Desde entonces vivo en pecado mortal.
- Dime una canción que te emocione
Grândola, Vila Morena.
- ¿Qué hay después de la vida?
El descanso.
- ¿Y si te digo 1789?
¡Bueno, ahí empezó todo! Aún recuerdo la fiesta que hice en mi casa por el bicentenario de la Revolución Francesa, todos disfrazados de la época. Tengo una gran colección de libros sobre ese momento histórico.
- ¿Un capricho que te des con gusto?
Un buen vino, y además con eso soy exigente. Es un placer de Dioses.
- ¿Qué opinas del uso de la palabra "ibertad" por parte de ciertos políticos?
El uso de ese concepto por parte de políticos como Ayuso es terrible. Pero siempre han hecho eso, jugar con las armas del enemigo. Proclaman una libertad de “sálvese quien pueda", y como ellos pueden salvarse porque tienen medios pues al resto que les den. Yo no concibo el mundo sin la solidaridad, que es lo que sustenta el Estado del Bienestar. De la misma forma defiendo los impuestos, aquellos que tenemos más debemos pagar más. Luego hay quien dice que no ve pobres, como el consejero de Ayuso. Yo sí los veo desgraciadamente.
- ¿Y de que se use el término “dictador" con Pedro Sánchez?
Terrible. Es el insulto más grande que se pueda usar. Ellos, que son herederos de la dictadura van de “no dictadores", o de libertarios como se hacen llamar, porque toman cañas…
- ¿Qué peligros enfrentamos como sociedad hoy por hoy?
El peligro judicial. Antes los golpes de estado los daban los militares, ahora esa función la ejerce el sistema judicial, siendo el tapón de los avances que necesitamos como país. Defienden al conservadurismo, está demostrado.
- ¿Qué nos jugamos en las elecciones de hoy?
La Europa que está por venir. Las mujeres tienen mucho que perder porque sus derechos aún no están asentados y es una cuestión de Derechos Humanos. Tengo amigos que dicen ser feministas, pero luego añaden que les molesta las prisas que tiene las mujeres ahora por reivindicar lo que les pertenece. No lo entiendo. ¿Cómo no van a tener prisa si llevan siglos con una losa en la cabeza? Y todavía añaden que no son machistas… Además, si gana el PP con mucha diferencia temo una continua petición de dimisión del Presidente Sánchez, un sinsentido porque no se está valorando al Presidente.
- ¿Tenemos la clase política que nos merecemos?
No.
-Pero si es la que hemos elegido nosotros…
El truco está en que en la democracia que hemos diseñado, todas las personas pueden votar, incluidas las personas analfabetas (en todos los sentidos) y eso siempre beneficiará a la derecha. Por eso atacan a la Educación Pública siempre que gobiernan. Para ser de izquierdas se necesita manejar cierta cultura, y no hablo de títulos universitarios, hablo de conocimiento. Las proclamas vacías son muy fáciles de repetir, lo difícil es hablar de justicia social, de equidad, de derechos humanos.
-¿A quién votaste en tus primeras elecciones en las que no fueses candidato?
Al PSG.
- ¿Cuándo dijiste por última vez te quiero?
La verdad es que no empleo esa expresión, pero sí otras con frecuencia, tanto con hombres como con mujeres.
- ¿Qué te queda por hacer?
Pues ahora mismo tengo un libro en imprenta y estoy terminando otro para que les quede a mis nietos en un futuro. Serán ellos quienes lo publicarán, si quieren, pues es un libro que necesita cierto tiempo de maduración.
Y para finalizar, ¿a quién te gustaría ver en esta sección?
A Luciano Varela o a César Portela
Para Pepe Pontevedra sabe a tapas, huele a sosiego, es de color primaveral y suena a infancia. Definitivamente, Pepe Fortes siente Pontevedra.
EL CUESTIONARIO
− Nunca salgo de casa sin… la cartera y las llaves.
− En mi nevera siempre hay… cerveza.
− En mi armario destaca… lo poco que hay.
− La edad es… adaptarse a la pérdida de cosas.
− Siempre fui el ojo derecho de… mi hija Susana.
− Pontevedra tiene alma de… cierta antigüedad.
− Creo en… nada (en el sentido de fe).
− El año que marcó mi vida fue… 1974.
− El mejor regalo que me pueden hacer es… libros.
− Mi lugar en el mundo es… ser padre y abuelo.
− Si no pudiese vivir en Pontevedra viviría en… Francia o Italia.
− Mi momento favorito del día es… la mañana.
− Pontevedra… boa vila.