¿Has visto una bola de fuego en el cielo de madrugada? Era una roca procedente de un cometa
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Por Natalia Puga
Durante la madrugada del sábado al domingo, fueron muchos los pontevedreses que han podido ver una gran bola de fuego surcando el cielo. Ocurrió alrededor de la medianoche y el fenómeno sorprendió a todos los que pudieron observarlo, pues llegó a alcanzar tal intensidad que, durante un instante, convirtió la noche en día.
Este fenómeno atmosférico tiene una explicación. El astrofísico José María Madiedo, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), relató en su cuenta en la red social X (antes Twitter) que fue producida por una roca procedente de un cometa que entró en la atmósfera a 161.000 kilómetros por hora.
La Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa (SWEMN), del Proyecto SMART, a la que pertenece Madiedo, detectó el bólido y ofrece imágenes, al tiempo que analiza su trayectoria.
Esta espectacular bola de fuego se pudo observar sobre España y Portugal y es un fenómeno que, según Madiedo, "convierte por un instante la noche en día". Ocurrió, según este especialista, a las 0:46 hora local peninsular española y fue vista por multitud de testigos.
En Galicia, un gran número de ciudadanos llamó al 112 alertando de que había visto una bola de fuego en el cielo. Entre ellos, había vecinos de Pontevedra y también de O Porriño, Vigo, Redondela, O Saviñao, Oleiros, Beariz, Nigrán, As Neves, Taboada y A Rúa
La mayoría de las personas que llamaron al 112 coincidieron en su relato, explicando que se trató de una gran bola incandescente en movimiento que iluminó el cielo de color verdoso o rojizo y que finalmente se deshizo en pedazos. De hecho, muchos de ellos se refirieron a lo que acababan de contemplar como un bólido o meteorito.
Desde la Agencia Estatal de Meteorología explicaron al 112 Galicia que se trató de un fenómeno atmosférico poco frecuente, muy luminoso y que se desintegró al entrar en contacto con la atmósfera.
Según el astrofísico Madiedo, el bólido se inició a 122 kilómetros de altitud sobre Don Benito (Badajoz), desde allí se movió hacia el noroeste y cruzó Portugal. Finalizó a 54 kilómetros de altura sobre el Océano Atlántico. "Debido a su gran luminosidad, que fue mucho mayor que la de la Luna llena", pudo verse desde más de 800 kilómetros de distancia.
La roca se fragmentó a lo largo de su trayectoria, "aunque todos esos fragmentos se desintegraron completamente en la atmósfera, por lo que ninguno de ellos habría caído al mar", según Madiedo.