Almeja gigante en la lona de Campelo
© Rogelio Bellón
Una almeja gigante de cuatro kilos revoluciona Campelo: "Pensé que era una tortuga"
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Por Natalia Puga
La sorpresa fue mayúscula para Rogelio Bellón el miércoles en Campelo. Propietario de Delicatessen da Ría, para él trabajan varios buzos a los que compra navajas y ese día uno de ellos salió a su encuentro con una pieza gigante en la mano. Luego sabría que era una almeja de cuatro kilos de peso y 35 centímetros de largo, pero en aquel momento se figuró algo muy diferente. "Pensé que era una tortuga".
Los buzos no suelen coger este tipo de ejemplares, que no se pueden comercializar porque carecen de plan de explotación, pero en esta ocasión hicieron una excepción porque "les llamó la atención y la trajeron para que el biólogo de Campelo la viera".
Y, ya en tierra, no les faltaron espectadores. El primero en verla fue Rogelio y la depositó en el acuario de la lonja de Campelo. Allí, causó sensación. Realizaron fotos y vídeos y su historia empezó a circular por todo el sector durante toda la jornada que permaneció allí.
Este jueves, tras un día siendo la protagonista, esta almeja regresó al mar, pues este tipo de ejemplares no se pueden capturar ni comercializar y su destino es siempre regresa al lugar del que salió. No pudieron esperar más días porque, con el festivo y el fin de semana, supondría mantenerla mucho tiempo en el acuario de la lonja y sería malo para el ejemplar.
En este caso, fue localizada en un punto entre la isla de Tambo y Raxó, en Poio. Los buzos de la navaja estaban trabajando cuando pasó un barco y "la levantó".
Según relata Rogelio, estaba a metro y medio de profundidad y, tras el paso del barco, "removió la zona del lecho marino" y el buzo en cuestión vio un torbellino, se acercó, metió la mano y la tocó.
Tuvo que acabar usando las dos manos para sacarla de la arena, tiró hacia arriba de la carne y se sorprendió del tamaño. No era la primera vez que encontraba una almeja gigante, pero nunca de este tamaño.
En contra de lo que pueda parecer, "no es la primera vez que encontramos este tipo de almejas, es habitual", sobre todo en la zona de Os Praceres, en Lourizán, pero "tan grande nunca la había visto". Así, lo habitual es que sean ejemplares de 1,1 o 1,2 kilos. Hasta 1,8 ya sabían que habían aparecido, pero "de cuatro kilos, como esta, nunca".
Este tipo de almejas tiene mucha salida en China o Japón, donde llegan a pagarse 100 euros el kilo, pero no salen de Galicia, pues aquí su extracción no está permitida. En otros países, sí.