Marcos Regojo
La primera autopsia del Dr. Garcés
Allá por los inicios de la primera década de los 2000, el doctor Gonzalo Garcés, compañero de facultad en la Univerdidad de Santiago de Compostela y amigo, me invitó a pasar un fin de semana en O Porto. El doctor Garcés era uno de tantos médicos españoles que por aquella época se fueron ampliar sus estudios de Medicina a Portugal. Acepté de buen grado la invitación y ese mismo viernes tomé el autobús desde A Coruña - donde entonces residía- ,a O Porto. Una vez allí fui en taxi hasta la "Ordem dos Médicos", en cuyos apartamentos residía Gonzalo y dónde me instalaría yo también por un par de días. Esa noche fuimos a cenar a un local frecuentado por los estudiantes de medicina, con sus trajes negros y capas del mismo color. Me invitó a una "Fracesiña" , especialidad de la casa.
- Procura descansar que mañana tenemos la agenda completa - me dijo ya de regreso al recinto de la "Ordem dos Médicos".
Al día siguiente fuimos a visitar la librería de "Lello e irmao" con su estilo neogótico; "Iglesia del Carmo", joya del Rococó; "La torre de los Clérigos", con sus magníficas vistas al casco histórico; la "capilla de Las Almas" con sus azulejos blancos y azules de estilo neoclásico; la "iglesia de Santo Idefonso" "estación de San Bento, la "Catedral de O Porto", del siglo XII; la "Ribeira" ; el neoclásico "Palacio da Bento",con sus murales de azulejos; "El convento de Santa Claraolsa; la Iglesia de "San Francisco" exponente del barroco con tres naves de tallas doradas y los jardines del "Palacio de Cristal" desde donde fuimos a acabar la jornada al "Bacchus Vini", un lugar de catas de vino con hermosas vistas a "Ponte de Luis I".
- Qué pedimos? -pregunto.
- Te hace un "Quinta da Pacheca colheita de 1962 ? responde bromeando.
- Con el sueldo de interno podemos pedir dos botellas y aún nos sobra algo para el queso curado- le contesté siguiendo su ironía.
Sonrió y pidió "Ramos Pinto Bos Ares" y unas fatias de salmón ahumado para acompañar.
- Y cuéntame,Gonzalo...Qué tal por el Servicio de Anatomía Patológica...Llevas ya casi un año ...Hiciste alguna autopsia?
- Si una extraña....-me contestó.
- Extraña?; cuenta cuenta …
- Yo te la cuento pero tú procura no interrumpirme o te pasará como a Don Quijote con el cuento de las ovejas de Sancho o como después le sucedió con el relato del loco enamorado de la sierra y te quede la historia a medio narrar. Me contestó, sin duda inspirado por el vino del que habíamos ya dado buena cuenta.
Le prometí que no lo interrumpiría y comenzó su relato.
-Fue apenas hace un mes. Era una mañana tranquila de Mayo, hasta que se corrió la voz por el Servicio de que había un cadáver en la sala de autopsias que venía del servicio de neurología derivado desde el servicio de Digestivo. La doctora Piluca, otra española en Anatomía
Patológica,ya entradita en años, extendió el rumor de que se trataba de una meningitis muy contagiosa. Con estos antecedentes el doctor Brais- este portugués-encargado ese día de realizar las autopsias , se negó a realizarla , alegando que tenía un hijo de corta edad en casa y que se podía contagiar. Yo ,interno desde hacía unos meses, en un rapto de valentía – o de inconsciencia que es casi lo mismo-decidí bajar a donde yacía el cadáver. Allí estaban el tecnico Nuno, el señor Antonio, con diversidad funcional y aficinado al jarrete, y el profesor Foreman, un patólogo canadiense que se fue a jubilar a O Porto. También estaba el Jefe de Servicio de Neurología. Este me dijo al verme llegar:
-"Tem que se desenroscar".
Atrapado de esta manera ,no me quedaba otra solución que realizar la autopsia o huir. Miré el crucifijo que presidía la sala y me encomendé a Dios.
Se trataba de un hombre de 35 años. Bajo la atenta mirada del profesor Foreman y guiado por Nuno, relalicé una incisión en Y griega desde los hombros hasta el pubis bordeando el ombligo. Después de seccionar la piel del tórax pudimos comprobar que tenía tres costillas rotas, sin duda por un intento concienzudo de reanimación cardio- pulmonar. Mientras nos ocupaban los órganos del tórax, el señor Antonio abría longitudinalmente los intestinos como le había enseñado el señor ´Placido -auxiliar de autopsias durante 40 años- y que ese día se hallaba en paradero desconocido.
- Doctor Gonzalo," isto que é" ? - preguntó Antonio al abrir el colon. Un cáncer de colon enorme ocupaba casi la totalidad de la luz del colon descendente. No vi pólipos. Un cancer de colón con tan corta edad... Se tenía que tratar de algo hereditario. Esto explicaba la clínica digestiva del paciente, pero¿ y la clínica neurológica?. Recordé entonces que el Síndrome de Lynch asocia carcinoma de colon sin poliposis con cánceres en otras localizaciones, por ejemplo en el cerebro. Un cáncer cerebral explicaría el cuadro del paciente. Removimos el cerebro y se lo di al doctor Foreman, especializado en Sistema Nervioso Central.
- Linch´s Syndrome le dije.
Asintió con la cabeza y comenzó a cortar el órgano con cortes de Charcot,.Encontró el glioma. Habíamos "matado" al paciente al determinar la causa de su muerte.
En el Servicio todo fueron felicitaciones y la envidia y vergüenza de quienes tan poco profesionalmente se negaron a realizar la necropsia...
- Les está bien empleado por cobardes -dije emocionado.
- Te lo advertí, me interrumpiste, fin de la historia... Está bueno el vino este...distinto, mineral, armonioso, poderoso, cautivador con notas florales y aromas cítricos con una textura plena y elegante...
– Jajajaja... - reí.