Amenabar Zarautz sólo aguantó veinte minutos (30-25) a un Teucro muy superior
Por Ramiro Espiño
De no ser por el "gatillo fácil" de la pareja arbitral, empeñada en convertir en exclusión cualquier mínimo contacto defensivo, olvidando que el balonmano es precisamente eso, deporte de contacto, el partido entre Teucro y Amenabar Zarautz estaría terminado en el minuto 25 de la primera parte.
Hasta cinco minutos antes el equipo vasco se mantuvo siempre a remolque pero a escasa distancia en el marcador, pero en cuanto los de Javier Barrios apretaron en defensa y consiguieron correr al contragolpe, las diferencias empezaron a crecer y el marcador a dispararse en favor del conjunto azul.
No había pasado nada destacable en los primeros veinte minutos. Juego desangelado, sin demasiada intensidad que permitía al cuadro visitante disimular sus carencias. El dinamismo de su central, Erik Balenciaga, ayudado por la pasividad defensiva local, lograba mantener a los suyos cerca, e incluso llegar a empatar (8-8), en el minuto 18.
Barrios pide tiempo muerto y se acabaron las contemplaciones. Juan Bar apareció en la misma medida que la defensa ajustaba las ayudas. Y al Amenabar se le apagó la luz. En apenas tres minutos (del 20 al 23 del primer tiempo) se pasó del empate a 8 goles a un contundente 13-8.
Intentó parar la sangría el entrenador vasco, pero su tiempo muerto no cambió las cosas y el Teucro siguió defendiendo y saliendo a la carrera. La consecuencia doblar a su rival en el luminoso (16-8, minuto 27). El Teucro había logrado un demoledor parcial de 8-0 que sólo frenó la rigurosidad arbitral y una doble exclusión permite a los vascos volver a marcar.
Al descanso todo parecía resuelto. Pero los árbitros, que seguían "disparando" sus dedos señalando exclusiones absurdas, lograban lo que no conseguía el Amenabar. Otra doble exclusión al comienzo de la segunda parte, unida a errores en los lanzamientos de los teucristas, permiten al equipo visitante reducir y ponerse a sólo tres goles abajo (18-15). Quedaba un mundo, 25 minutos por delante, y Javier Barrios pide tiempo muerto.
Miguel Porto acierta con la puerta rival y para la sangría. Y aunque más lentamente el marcador vuelve a agrandarse. De nuevo mediado el período Amenabar desaparece y el Teucro sin necesidad de apretar el acelerador, casi por inercia, logra su máxima renta (28-19), a falta de poco más de cinco minutos, que simplemente sobraron aunque sirvieron para dar tiempo en la pista a los menos habituales y que los vascos maquillasen un poco sus números.
S.D. TEUCRO (30): Juan Bar; David Chapela (1), Miguel Porto (3), Tomás Moreira (3), Víctor Rodríguez (3), Carlos García 5, 2 de penalti), Miguel Sío (4) -siete inicial-, Dani Cadilla (p.s.), Marcos Dorado (2), Carlos Pombo (2), David García Pichel (5, 2 de penalti), Iván Fernández, César Armán (1) y Borja Pedreira (1).
AMENABAR ZARAUTZ (25): Julen de Carlos; Mikel Muguerza (3), Josu Atorrasagasti (3), Ibón Sasiaín (4), David Aguirrezabalaga (7, 2 de penalti), Julen Aguirregomezcorta, Ion Alzaga -siete inicial-, Gorka Berridi (p.s.), Ánder Gárate, Erik Balenciaga (4), Íñigo Etxaniz (1), Mikel Beristain (1), Txomin Bujanda (1) y Jurgi Ondarra (1).
Árbitros: Miguel Martín Soria Fabián y José Manuel Iniesta Castillo (Valencia). Excluyeron por dos minutos a Víctor Rodríguez, Marcos Dorado, Borja Pedreira (3, descalificado a falta de 14'12"), David García Pichel, Miguel Porto y Carlos García, por el Teucro, y a Mikel Muguerza, Ibón Sasiaín, Erik Balenciaga, Íñigo Etxaniz, Josu Atorrasagasti (2) y Julen Aguirregomezcorta, por el Amenabar Zarautz.
Marcador (cada cinco minutos): 2-2, 7-5, 8-6, 9-8, 14-8, 17-10 (descanso), 18-15, 20-16, 23-18, 26-18, 28-20 y 30-25 (final).
Incidencias: Pabellón Municipal dos Deportes (Pontevedra). Unos 500 espectadores.