María Galiana: "Si un hombre aparece en mi puerta no hay posibilidad de que le abra. De ninguna manera"
Por Alejandro Espiño
A punto de cumplir 87 años, María Galiana (Sevilla, 1935) sigue al pie del cañón. Esta incombustible actriz, que cada semana entra en todos los hogares españoles con su papel de Herminia en Cuéntame como pasó, sigue compaginando este trabajo su otra pasión, el teatro.
Con esta segunda faceta regresa a Pontevedra. Lo hace en la recta final de la gira de la obra El abrazo, una historia sobre el amor en la tercera edad que representará, junto a los actores Jesús Meseguer y Jimmy Roca, este jueves (20:30 horas) en el auditorio de Afundación.
Recurriendo al título de la obra, ¿consideras que estamos necesitados de abrazos?
Desde luego, sobre todo en las circunstancias de salud que estamos atravesando. Hace más de dos años que no podemos expresar nuestro cariño o tener esa relación tan cercana que siempre hemos tenido con familiares, amigos y gente que queremos. Habrá personas a las que les cueste más que a otras, pero este distanciamiento produce mucha sensación de aislamiento.
¿A María Galiana qué abrazos le reconfortan más?
Los de mis nietos. Ahora con la edad que tengo y ya viuda desde hace 14 años, la relación con mis nietos es a que más me apetece desde el punto de vista del cariño, de los abrazos y de los besos. Yo, a pesar de todo, los achucho mucho. No puedo evitarlo.
A Rosa, tu personaje en El abrazo, ese primer abrazo se lo da un antiguo amor.
Es uno de los dos abrazos clave de mi personaje, El primero es el propio de un reencuentro con un antiguo amante de hace 40 años. Es un abrazo nostálgico más que otra cosa, porque a lo largo de la función se ve que no es posible reanudar esa relación. Es imposible revivir algo que ya ha pasado. Está pasado y bien pasado.
"La relación con mis nietos es la que más me apetece desde el punto de vista del cariño, de los abrazos y de los besos"
¿Y el segundo?
Ese es con un personaje absolutamente original que es la encarnación material de un hijo que ellos quisieron tener, la ilusión que tenían cuando eran amantes y que no llegó a realizarse. De alguna manera encarna ese hijo que tienen los dos permanentemente en su pensamiento.
¿Cómo navega Rosa entre esas dos realidades?
Es una cosa de realismo mágico. No tiene sentido en una realidad inmediata, Eso es lo bonito e interesante de la obra y lo que la gente en general descubre. No es lo que se están imaginando que van a ver, que es el reencuentro de dos personas que han sido amantes de jóvenes.
A veces, es mejor no volver al lugar en el que se ha sido feliz, ¿no?
Esa es una posibles visiones de la obra, sí. Hay otras que ya se verá, que no quiero hacer spoiler. La gracia de la obra es que sorprenda al espectador. Y sorprende mucho. No hemos oído a lo largo de todo este tiempo una sola tos. Eso es importantísimo.
¿Qué tiene Rosa de María Galiana y viceversa?
Tiene algo en lo que coincidimos mucho. Yo soy una persona muy independiente. Me gusta vivir sola y estoy orgullosa de ello. Soy una mujer libre porque gracias a Dios no dependo todavía de los demás y me parece que hay algo de valentía en su postura ante la vida. Yo también la tengo, no tengo por qué ocultarlo. En eso también nos parecemos bastante.
¿Y qué haría María Galiana si, como a Rosa, un hombre le aparece en su puerta?
No, no. En ese caso, no habría posibilidad de que María Galiana se abriera a esa nueva situación. Nunca en la vida. De ninguna manera (se ríe). Eso lo tengo muy claro.
¿Cómo ha sido girar con la obra en estas circunstancias?
Nos ha ido bastante bien, la verdad. Podemos darnos con un canto en los dientes. La estrenamos en marzo del 2021 y desde hace un año estamos de gira. Estamos terminando ya. Nos queda Ciudad Real, Jaén y alguna plaza más, pero la función está a punto de acabar.
Has dicho muchas veces que te lo pasas muy bien interpretando esta obra, ¿qué tiene El abrazo que te divierte tanto?
Tiene muchísima vitalidad y, dentro de su tono dramático, tiene un humor finísimo y extraordinario. La gente se ríe mucho al principio y después ya la cosa va poniéndose más seria. Y eso me gusta porque, por suerte o por desgracia, estoy en el escenario desde que empieza hasta que acaba la función. No tengo ni un momento para distraerme y me lo paso muy bien.
La gente necesita reírse y distraerse, ¿no crees?
Absolutamente. Y en esta función lo van a encontrar. No es una comedia cómica, pero tiene unos golpes perfectos para que la gente esté relajada y a gusto. Yo me lo paso muy bien. Estoy a gusto y feliz haciéndola. La gente nota que me lo estoy pasando bien.
"No me gustaría morirme en Cuéntame, francamente no. Interpretar a Herminia mientras se muere me costaría muchísimo"
Y de Rosa a Herminia. Tras 22 temporadas de Cuéntame, ¿queda algo por contar?
A Cuéntame ya le queda poco. Creo que no mucho ya. Estamos grabando el año 94-95 y me parece que ya da poco de sí. Ha bajado la audiencia, aunque no exageradamente. Nos mantenemos aún bastante bien pero creo que nos debemos de ir en un momento en el que todavía el público está con nosotros. Las cosas hay que saber cortarlas.
¿Y te has imaginado como será la despedida de Herminia?
No lo sé. No lo he pensado porque los guionistas tienen una imaginación extraordinaria. Siempre están pensando en cosas nuevas y dando vueltas. Qué sé yo qué habrán pensado. Me gustaría que me sorprendieran. No me gustaría morirme en la serie, francamente no.
Interpretar a Herminia mientras se muere me costaría muchísimo. No me apetece hacer una cosa tan dramática. Ella siempre ha sido el cascabelito de la serie. No me gustaría acabar así. Ya veremos qué pasa. Igual me mandan a una residencia o yo que sé.