Pontevedra, un plató dentro de un plató en la última producción de Matriuska
Por Natalia Puga
Llegan a Pontevedra procedentes de Madrid para ensayar escenas de su próxima película, revisar localizaciones y, sobre todo, empaparse de sus calles y su ambiente. Ángel Santos está de regreso a casa. Natural de Marín, en los últimos tiempos su vida profesional está más enfocada en la capital. Andrés Gertrudis viene con ojos de visitante, pero con un reto de asimilar la ciudad como suya. Madrileño de origen, en su próximo proyecto cinematográfico su papel será el de un pontevedrés que se reencuentra con sus orígenes.
Ángel Santos es el director de la nueva película de la productora Matriuska, del pontevedrés Dani Froiz. Andrés Gertrudix es su actor protagonista. Será la producción más pontevedresa de la filmografía de todos ellos. En ella, la ciudad cobra gran protagonismo. Pontevedra se convertirá en octubre en el plató central de la película, pero con una singularidad, será un plató dentro de un plató. Las altas presiones es una película en cine que habla sobre el mundo del cine y una película rodada en Pontevedra que cuenta cómo se rueda en Pontevedra.
Miguel vive en Madrid, acaba de entrar en los 30 y arrastra un reciente desengaño sentimental. Trabaja habitualmente para una productora de cine. Ha escrito un guión que ha presentado a su jefa, con la que mantiene una relación fuera del entorno laboral. Ella no está interesada en la historia, pero sí le encarga viajar a Pontevedra, su ciudad natal, para registrar en video las localizaciones de una nueva película. En esta ficción, Miguel vuelve a casa y en la realidad Ángel Santos vuelve a casa y rueda en espacios que forman parte de su propia vida.
A Verdura, el río y el Liceo Mutante cobran protagonismo en una película que "se articula en relación con los espacios"
Este regreso a los orígenes es un paso que "ya apetecía" al director, "ya había ganas de jugar en casa" por primera vez en su carrera. Y el conocimiento del terreno en el que rueda le permite guiar al actor protagonista, ayudar a Andrés Gertrudix a meterse en el papel. A poco más de un mes de que empiece el rodaje (está previsto para la primera semana de octubre y durará sobre un mes), le guía en su visita por Pontevedra para que recorra algunos de los escenarios, como tendrá que hacer cuando se meta en el papel de Miguel.
Como harán en la ficción, la plaza de A Verdura es un punto de encuentro, "como para todos en Pontevedra, ¿no?", hacen bastante callejeo por la zona más nueva de la ciudad y cobran importancia el río, los puentes sobre el Lérez y el Liceo Mutante, "un local que tiene mucha energía". Las localizaciones de Las altas presiones se completan con la carretera Pontevedra-Vigo, unos días de rodaje en Madrid y una semana en Portugal, "donde el protagonista podrá desconectar de todo".
Ángel Santos y Andrés Gertrudix han recorrido en la última semana todas estas ubicaciones porque el espacio es una de las fichas claves en la cinta. "La película se articula en relación con los espacios", explica el director, que lleva ya tres años trabajando con este guión, un año con la producción. El actor lleva varios meses de preparación y tiene su papel bien asumido, cuenta como vivencias propias las que vivirá como Miguel en la ficción, en la que "se reencuentra con su gente, visita a viejos amigos, se reencuentra con su ciudad y consigo mismo". Esta implicacion demuestra que el director acertó cuando decidió que "el protagonista no tenía cara, hasta que fue la de Andrés y ya todo encajó".
No es una película de denuncia social, pero "las estructuras sociales están ahí, no te puedes abstraer"
Las altas presiones no nace con aspiraciones de película social o política, pero la actualidad se respira en ella,"las estructuras sociales están ahi, no puedes huír de ellas", según Andrés. "No te puedes abstraer. Al fin y al cabo es una crónica de nuestro tiempo", describe Ángel Santos. Ve "bonito que la película se empape del momento de crisis económica" y no entendería una película como esta sin tomar partido, sin adoptar "una posición ética ante la vida". En el día a día de esta historia está el trasfondo del momento actual y, al final, en palabras de Andrés, "lo pequeño se hace grande, lo local se convierte en universal" y la situación de la sociedad española acaba apareciendo.
Al ser una película que habla sobre el mundo del cine, también la realidad actual del sector está muy presente, hablan . En lo que a Ángel respecta, "me parecería raro no hacerlo en este momento" y retrata las "dificultades" de un mundo, el audiovisual, que no atraviesa por su mejor momento y esta película es un buen ejemplo.
Es el "presupuesto más ambicioso" que han tenido Matriuska y Ángel Santos en su carrera y, pese a todo, "es bajo para los estándares de hace unos años", lo que obliga a "ajustar cada céntimo y a un esfuerzo mayor", pues "las necesidades y ambiciones son las mismas" y no quieren filmar en digital, sino en cine. Además, Andrés ve como "una gran responsabilidad estar rodando en este momento en el que muchos no pueden hacerlo".
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