El acusado por el crimen de Arbo estaba "obsesionado" con las víctimas y las amenazaba, según los testigos
Por Alejandro Espiño
Una veintena de testigos hicieron este martes un completo perfil de Arturo Domínguez, el acusado por el doble crimen de Arbo. Contundentes fueron los familiares de las dos víctimas, que le han descrito como una persona "obsesionada" con su expareja, a la que maltrataba y amenazaba durante la relación y a la que vigilaba y seguía "constantemente" tras la ruptura.
"Me llegó a decir que si no era para él no era para nadie", ha asegurado la hermana de Beatriz Rodríguez, la mujer que fue hallada muerta de un disparo en la cabeza en el interior de un coche, junto su pareja Sergio Rodríguez, en un monte de Arbo en julio de 2015. "También me dijo que le iba a pegar un tiro a los dos y a enterrarlos con una pala", añadió.
La mujer, que acogió a su hermana en su casa tras la ruptura de la pareja, explicó que las víctimas eran "conscientes" de que Arturo les perseguía "continuamente" y que su hermana tenía "miedo" sobre todo por su hija. La hermana relató los episodios de "malos tratos" que sufría Beatriz y ha explicado que "desde el primer momento" sospechó de que él "les había hecho algo".
La madre de Beatriz añadió que Arturo, al final de la relación, solía llegar a casa "muy agresivo" y que amenazaba a su hija con quitarle la custodia de la niña. "Tiene que estar conmigo. Si algún día está con otro yo le pego un tiro", le llegó a decir el acusado "en mi propia casa", según relató a preguntas del fiscal.
"Ella tenía más miedo por Sergio que por ella", ha señalado la tía materna de Beatriz, actual tutora legal de su hija, que aseguró haber presenciado episodios de malos tratos hacia su sobrina porque "él era muy celoso". Su marido ha añadido que Arturo estaba obsesionado "a tope" con su expareja y que en la familia "estábamos hartos de esta situación".
Un amigo de Sergio ha destacado que la víctima le confirmó que "estaba siendo vigilado por amigos de Arturo" y que había asumido que algo le iba a hacer "aunque no pensé que llegaría a estos extremos". Tanto es así que le llegó a recomendar que cortara la relación con Beatriz, a lo que él le dijo que "si la dejo ahora él la mata".
El dueño del bar en el que trabajaba Beatriz ha confirmado que la joven "llegó varias veces sin cenar y toda golpeada" y un amigo del acusado, con el que solía salir a cazar, ha añadido que el día del crimen "no era el Arturo de siempre" y que lo encontró "muy raro y desorientado". Además, ha dicho que en su casa tenía armas ilegales y que la víctima le contó las amenazas.
Otros dos amigos de Arturo Domínguez reconocieron haberle acompañado en la vigilancia a Beatriz, uno de ellos ha especificado que "hasta 4 o 5 días a la semana" y durante varios meses, y que llegaron incluso a controlar a qué hora se conectaban al WhatsApp las dos víctimas y otras personas de su entorno "para saber si hablaban entre ellos".
El otro amigo ha reconocido que el día del crimen tomó algo con el acusado en el bar en el que trabajaba Beatriz, tras lo cual ambos se dirigieron a Portugal. Allí tomaron algo juntos "pero después ya no sé lo que hizo", ha explicado. El fiscal ha recordado que desde el país luso al lugar del crimen hay apenas quince minutos en coche.
El juicio continuará este miércoles con la declaración de los agentes de la Guardia Civil que se encargaron de la investigación del crimen.
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