'Atrofiadas as Estrelas', versos que nacen de noche frente a una sociedad que vive demasiado rápido
Por Redacción
Opina Alexander Vórtice que "ao insomnio, ás preocupacións, ao día a día haille que dar senso nos versos" y de esa convicción ha nacido Atrofiadas as Estrelas, una recopilación de 40 poemas en gallego escritos a lo largo de más de diez años que tienen, como vínculo común, "o erotismo, a supervivencia na noite, as rúas, a soidade..." y el retrato de una sociedad.
Los 40 textos del que es ya su quinto libro son, para su autor, "un só poema" que repasa una década de noches sin dormir. Y es que, mientras el mundo duerme, Alexander Vórtice aprovecha para escribir poemas. Son "versos que nacen de noite e de soidade" e que acaban converténdose nunha "crítica da sociedade actual", de un mundo que vive demasiado rápido y no tiene tiempo para reposar experiencias ni sentimientos.
Editado por la viguesa 'Discursiva', Atrofiadas as Estrelas se presentó en sociedad este viernes en un acto en el Sexto Edificio del Museo de Pontevedra que contradijo a sus propios protagonistas, apesadumbrados porque "la poesía no está de moda". La poesía puede que no, pero la de Vórtice sí, pues reunió bajo el mismo texto a un número de asistentes poco habitual en las presentaciones de libros que se realizan en Pontevedra y mucho menos en uno de poesía y en gallego.
Como maestros de ceremonias ejercieron, además del editor, Enrique Sánchez, la autora del prólogo, la columnista pontevedresa y colaboradora de PontevedraViva, Milagros Bará; y el también columnista Bernardo Sartier. En su presentación en el propio libro, Milagros Bará lo muestra al lector como "unha paisaxe épica e contundente onde o amor, a noite e o corazón recrean escenarios recorrentes cheos de matices. Unha mestura entre o mundo romántico e o cotián" y "a metonimia do sentimento en estado puro". Ante palabras como esa, poco le quedaba decir en persona que no hubiese recogido ya, así que optó por recitar el poema que da título al libro y que describe "unha cidade de tellados vermellos" que bien podría ser Pontevedra.
No se quedó atrás en elogios Bernardo Sartier, triste ante la inminente partida de Vórtice para empezar una nueva etapa vital lejos de Pontevedra, por tener que despedirse de un autor con "una obra poética que merece ser seguida", de "un ser humano absolutamente generoso" y un autor en prosa al que recomiendo seguir tanto en sus libros como en sus columnas, que publica en varios medios, entre ellos, PontevedraViva, porque "es un columnista muy vivo" que escribe "con un corazón abierto en el que uno puede verse reflejado".
El coprotagonista de la noche fue inevitablemente el pintor pontevedrés Antón Sobral, autor de las ilustraciones que acompañaban a los poemas, dibujadas al óleo e impresas a todo color, y que se confiesa admirador de la obra de Vórtice porque "me emociona". "Estou vivindo nunha época na que quero que as cosas me emocionen (...) pouco me serve que sexa un artista famoso se non me emociona", explicó para confesar que, al leer los versos que le pidieron ilustrar, sintió una emoción ya poco habitual en la actualidad.
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