Una pareja de estafadores atemoriza al barrrio de Virxe do Camiño
Por Anxo Lourido
Nauseabundo resulta el olor que se desprende alrededor del 1º B del número 2 de la calle Mariscal Pardo de Cela. Ese piso fue alquilado en agosto por un chico y una chica con "muy mala pinta", según afirma el vecino de enfrente, cuñado de la casera. "Eran unos vándalos", asegura. Y es que durante estos meses han vivido una auténtica pesadilla.
Ante el mal olor, hace unos días, los vecinos avisaron a la policía convencidos de que los jóvenes habían abandonado hace un par de semanas el domicilio dejando un pequeño perro abandonado. Los agentes no llegaron a entrar en la vivienda. Deberán esperar hasta el 15 de noviembre, fecha en que el juzgado ha establecido el desahucio del piso porque estos inquilinos no han pagado ni una sola renta desde que llegaron a este edificio.
"Por fin se fueron esos dos desgraciados"
Los vecinos aguardan con impaciencia la llegada de ese día. No es la primera vez que la policía visita esa vivienda durante estos tres meses. En varias ocasiones la pareja había protagonizado altercados nocturnos con gritos y golpes que alertaban al vecindario. La joven gritaba:
- ¡Asesino! ¡Maltratador!...
Pero cuando llegaba la policía nunca presentaba denuncia contra su pareja, un joven de alrededor de 22 años con un tatuaje en el cuello.
"Era el día a día. Un horror". dice otro vecino. Una señora pasa por delante del edificio y grita:
- ¡Por fin se fueron esos dos desgraciados!
Hace ya dos semanas que no son vistos por la zona. "Solo un día vino acompañado por la policía, supongo que para comprobar que el perro estaba vivo", dice un empresario. El joven era el "hombre más popular" del barrio tras intentar varias estafas desde su llegada.
Estafas en el barrio
Durante estos meses no dejó establecimiento de la zona sin visitar: comió en el restaurante chino sin pagar y en la tienda de ultramarinos intentó estafar 45 euros diciéndole a la dependienta que era hijo de una vecina y que necesitaba el dinero para el cerrajero. La misma treta fue empleada en la peluquería, pero subiendo el botín a 48 euros. En ninguno de estos casos logró su propósito. Así que lo intentó en una cafetería en Blanco Porto hasta donde no había llegado todavía su fama. Allí tuvo éxito. Logró llevarse 100 euros a través del mismo método.
También obtuvo beneficio en el estanco de Virxe do Camiño. Aprovechaba cuando había más ajetreo de clientes en el establecimiento. Entregaba un billete de 5 euros para pagar. Salía y, a los pocos minutos, volvía a entrar diciéndole a la estanquera que se había equivocado al darle la vuelta porque él le había entregado un billete de 20 euros. En dos ocasiones la engañó. "Al tercer intento", dice la estanquera "llamé a la policía".
Intentaron llevarse los muebles del piso alquilado
Más grave resultó cuando la hermana de la dueña del piso en donde vivían de alquiler se encontró un camión de mudanzas en el que se estaban cargando el ropero y otros objetos del domicilio. La pareja intentaba llevarse los muebles de la vivienda alegando que la casera les había dicho que estaban allí "para ellos". "Sabemos que la nevera se la llevaron a los quince días de estar aquí" dice el vecino de enfrente, "y no queremos ni imaginar cómo debe estar de destrozada la vivienda por dentro".
Y hasta el 15 de noviembre seguirán sin poder saberlo.