Fallece en A Lama el histórico narcotraficante gallego José Carlos Pombar Cameán
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Por Natalia Puga
El histórico narcotraficante de la comarca del Barbanza José Carlos Pombar Cameán falleció la pasada madrugada por causas naturales mientras cumplía condena en la cárcel de A Lama. Llevaba en este penal pontevedrés dos años, desde junio del año 2021.
Pombar, nacido en A Pobra do Caramiñal en 1954, tenía 69 años y estaba cumpliendo condena por tráfico de drogas, tras haber sido condenado por la Audiencia Nacional por un alijo de casi 4.000 kilos de cocaína.
Fuentes consultadas por PontevedraViva confirmaron que apareció muerto durante la madrugada de este jueves a este viernes, alrededor de la medianoche, en su celda y, a falta de la confirmación definitiva de la autopsia, todo apunta a que se debió a causas naturales.
Este histórico narcotraficante figuró durante años en las listas de delincuentes buscados por la Interpol, tras permanecer fugado durante 14 años presuntamente en África y ser localizado finalmente cuando intentaba entrar en el aeropuerto de Panamá en el año 2018 usando documentación falsa. Fue detenido como resultado de una investigación de la Policía Nacional, en colaboración con Interpol, República de Guinea Ecuatorial, Panamá y el enlace español de la Policía en este país.
Pombar Cameán llevaba en prisión desde diciembre 2018, primero en situación provisional tras su extradición a España y desde 2019 ya condenado por la Audiencia Nacional por organizar el envió de 3.947 kilos de cocaína interceptadas en el 2004 en alta mar a bordo del pesquero White Sands. Habría salido en libertad en el año 2028.
El Juzgado Central 1 de la Audiencia Nacional le condenó por primera vez en 2019, pese a llevar décadas en el punto de mira de las Fuerzas de Seguridad, desde que en 1999 se le relacionó con la operación Temple, por la que salió libre. Esa primera condena implicaba 10 años de prisión y el pago de 100 millones de euros de multa.
A Pombar Cameán también se le relaciona con un supuesto ajuste de cuentas en el que fue testigo del asesinato de un presunto socio y, poco después, huyó a África, vía Marruecos, donde permaneció 14 años eludiendo la acción de la Justicia española presuntamente moviéndose por distintos países y manteniendo una actividad ilegal.
Desde África, supuestamente controlaba varias embarcaciones pesqueras y mercantes con las que recogía la droga proveniente de Sudamérica para entregarla al grupo gallego encargado de alijarla en las costas españolas, según informó en su día la Dirección General de la Policía. Los investigadores centraron sus actividades en Nigeria y países aledaños antes de volar a Panamá y ser detenido.