Condenado por acosar durante meses a una familia de Poio tras un conflicto por un aparcamiento
Por Natalia Puga
Un vecino de Poio acaba de ser condenado por un delito de acoso por su conducta durante meses, en los que, con el parón del confinamiento por la pandemia, acosó a una familia del municipio con la que tuvo un incidente previo por un aparcamiento.
El acusado y una de sus víctimas tuvieron un incidente previo porque él aparcaba con frecuencia su vehículo delante de la vivienda del otro hombre en Campelo.
Tras ese enfrentamiento, el acusado comenzó a acudir a diario y durante varias horas a la vivienda de Campelo de sus víctimas. Se sentaba enfrente desde primera hora de la mañana hasta la tarde.
Durante todo ese tiempo, según la sentencia, cada vez que veía a su vecino esgrimía ante él unos documentos y los señalaba, y llegó en alguna ocasión a realizar seguimientos tanto a él como a su mujer, a quién incluso siguió al trabajo. A veces también los increpaba cuando los encontraba por la calle.
Según consta en la sentencia, mantuvo esta conducta durante varios meses, hasta que en marzo del año 2020 la pandemia obligó al confinamiento general de la población. Retomó en mayo del año 2020, tras el confinamiento, y cesaron en junio de 2020.
Según la sentencia condenatoria, actuó con la intención de "crear un malestar" en ese vecino y en las personas que vivían con él.
Como consecuencia de la continua presencia del acusado delante de su casa, la familia acosada tuvo que alterar sus horarios y siempre que salían de la casa miraban si su vecino estaba presente. Dada la reiteración de la conducta, la mujer de su vecino precisó asistencia psicológica ante la tensión que le producía.
Este vecino acosador fue condenado en primera instancia por el Juzgado de lo Penal número 2 de Pontevedra y recurrió, pero la sección segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra volvió a confirmar la sentencia.
La condena implica el pago de una multa de 3.600 euros, 12 meses con una cuota de 10 euros diarios, que pagará en plazos mensuales de 400 euros cada uno.
Además, la condena implica la prohibición de acercarse a menos de 200 metros de sus víctimas, su domicilio, su lugar de trabajo o lugares que frecuente durante dos años y el pago de una indemnización de 1.000 euros.