'Dipinto di blu' o cómo desde la calle Marquesa se puede llegar a Singapur, Sudáfrica o Nueva Zelanda
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
Desde la calle Marquesa a Filipinas, Singapur, Hong Kong, Australia, Nueva Zelanda, Japón, Estados Unidos, Panamá, Argentina, Costa Rica, Cuba, Canadá, Sudáfrica, Islandia, Israel, Albania... y así hasta un total de 68 países de todos los continentes, además de a toda España.
Es el viaje que hacen cada semana cientos de servilletas de papel, papel japonés, papel de arroz, material para scrapbooking, plantillas, pintura a la tiza, tinta china, calcas vitrificables, pasta de nieve, pintura perla cream, origami o pinceles. Parten de la sede de la empresa que lideran Eva Rodríguez y Gabriel Alarcón y, con la marca comercial de 'Dipinto di blu', llegan a aficionados a las manualidades, y en particular al decoupage, de todo el mundo.
El decoupage es una técnica para realizar manualidades que en los últimos años ha ganado adeptos en todo el mundo. Con origen en la palabra francesa "découper", que significa recortar, consiste en decorar todo tipo de superficies, desde cerámica a madera zapatillas, abanicos lámparas o velas, con imágenes de papel o de tela recortadas. El material más extendido son las servilletas de papel que se fijan con barniz y logran un resultado similar a haber pintado el diseño escogido.
Y, entre los aficionados, la empresa de Eva y Gabriel es todo un referente del que salen cada día una media de 10 pedidos y el sello pontevedrés llega a todos estos destinos.
Su centro de operaciones es un local de la calle Marquesa, en pleno centro de Pontevedra, cuyas paredes están cubiertas de arriba abajo con un total de 8.000 referencias diferentes, que ellos venden por unidad.
No son la única empresa dedicada a la venta de servilletas por unidad, pero si la que tiene más referencias. Es el surtido más grande de servilletas, papel japonés (y papel japonés artístico), papel de arroz italiano y material para scrapbooking que se puede encontrar en una única empresa, todo a través de su página web.
Solo en servilletas, que suponen alrededor del 80% de su negocio, tienen más de 6.000 variedades para todos los gustos y de todos los colores y diseños. De Navidad, de otoño, de perros, de gatos, de fútbol, para niños o para adultos, para estilos clásicos o modernos. Tienen, además, de todos los tamaños, para cóctel, para buffet... Además, incluyen novedades de forma permanente, de modo que en su catálogo siempre se pueden encontrar propuestas diferentes.
Llama la atención que en un mundo global en el que, a través de plataformas como Amazon, todo el mundo tiene a golpe de click cualquier cualquier producto, una empresa con sede en Pontevedra llegue tan lejos. La explicación la dan Eva y Gabriel: "Amazon vende de todo, pero vende por paquetes. La gente que hace manualidades y quiere una servilleta, quiere una sola".
"Variedad y compra por unidad, esa es la clave. Si compras un paquete, pagas 5 euros y tienes solo un estampado y aquí por el mismo precio tienes 20 diferentes", explican. De esta forma, tiene la oportunidad de hacer 20 diseños diferentes y no uno solo 20 veces.
Al cliente lo ganan así y para empresas de venta al por mayor no supone un negocio rentable, de ahí la clave del pequeño tamaño. "Para Amazon no somos competencia porque no le interesa un negocio tan pequeño", explican.
De esta forma puedes comprar, por ejemplo, una de tamaño más grande para una bandeja, una más pequeña para una taza, otra troquelada para diseños de niños, una más para una lámpara y varias para decorar muebles. Han llegado a tener 78 diferentes en un solo pedido.
Lo habitual es que una misma persona compre 10 o 20 diseños diferentes, si bien en épocas como la actual de Navidad están encontrándose con clientes que piden 12 de cada diseño pensando en celebraciones como Nochebuena o Nochevieja, pues así tienen las que necesitan para la mesa y puede ser diferente para cada celebración.
La técnica del decoupage está muy extendida por todo el mundo y sus servilletas las utilizan youtubers e influencers con miles de seguidores con los que colaboran para que muestren a los aficionados sus mejores trucos e ideas.
Las riendas de la empresa las tomaron hace tres meses y ambos las compaginan con su profesión, ella periodista ahora especializada en el marketing; él, arquitecto en estudio Lendo Arquitectura. Ambos son freelance y tienen tanta ilusión por este proyecto que, durante la mudanza, trabajaron día y noche durante dos semanas seguidas, iluminándose con linternas sujetas a la cabeza y con un alargador conectado a la corriente de su vecino.
Las suyas son ya las terceras manos por las que pasa 'Dipinto di blu'. Su nombre lo hereda de su primera propietaria, Loredana, una mujer de origen italiano que tenía una tienda centrada en las manualidades en Barcelona e impartía talleres de decoupage. Junto con Montserrat, su negocio principal estaba en la venta física y tenía una página web como simple apoyo.
Los segundos dueños compraron la página web y "la hicieron crecer". Fue el matrimonio formado por Regina y Ricard y le dieron la dimensión internacional desde Granollers (Barcelona). Cuando llegó el momento de jubilarse, vendieron la empresa y todo su stock a Eva y Gabriel. Para escogerles "influyó la parte emocional", pues Eva había trabajado con ellos como responsable de las redes sociales y el marketing de la compañía y vieron en ella la persona ideal para tomar el relevo.
Fue una aventura empresarial en la que nunca pensaron en meterse y de la que ahora están muy orgullosos, además de agradecidos a Regina y Ricard por todo el apoyo prestado, pues "nos pusieron todas las facilidades del mundo". Ahora, le dedican como mínimo media jornada cada uno.
La mercancía les llega, fundamentalmente, desde Italia, si bien van allí donde está la mejor calidad y el papel japonés llega desde el país nipón y lo personaliza una empresa de Córdoba o los pinceles son de Alla Prima, una empresa "muy buena" de A Coruña.
Una vez en la calle Marquesa, lo ordenan meticulosamente por número de referencia. Esas más de 8.000 referencias están todas en la web y, en cuanto les llega el pedido, lo tramitan en seguida. La rapidez es otra de las claves de su éxito. Una por una, con mimo y paciencia, hacen la selección del cliente, la empaquetan y la envían. "Los días laborables, tardan entre 24 y 72 horas. Si el pedido se hace por la mañana, a veces ya sale por la tarde", dicen orgullosos.
Eva y Gabriel lo preparan con mimo, cuidando al máximo el empaquetado para que llegue al cliente en perfecto estado de conservación y con un poco de todo el cariño que ellos ponen en su trabajo. No es raro que incluyan una servilleta de regalo, un lápiz, una pegatina o una nota personalizada.
"Somos una empresa familiar", les gusta insistir, y en su ADN está cuidar al cliente. Ella es de Mos, él de Portonovo y, tras pasar ambos por Barcelona o A Coruña, ahora han encontrado en Pontevedra su lugar, tanto profesional como personal.
En la variedad, la atención y sus ideas está el éxito de este negocio que ya heredaron consolidado y ahora están modernizando. Han creado packs temáticos, han incluido el origami y tienen ya en el horno ideas solidarias y originales que verán la luz en breve.