Un hombre se enfrenta a seis años de cárcel por coacciones graves a su ex pareja, a la que acosaba en persona y por teléfono
Por Natalia Puga
Un vecino de Lugo se sentará el próximo martes 18 de octubre en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Pontevedra como presunto autor de dos delitos de coacciones graves a su antigua pareja, una mujer con la que mantuvo una relación durante dos años y, tras su ruptura, empezó a acosar tanto en persona como por teléfono.
El fiscal pide a la sección cuarta de la Audiencia que tenga en cuenta en el acusado dos circunstancias agravantes, una mixta de parentesco y otra de género, y solicita para él una pena total de seis años de cárcel, así como una orden de alejamiento que le impide acercarse a su víctima o comunicarse con ella durante tres años.
Asimismo, quiere que indemnice a la mujer con 10.300 euros por los daños físicos y morales causados. En la actualidad, el hombre tiene 50 años y una orden de alejamiento de su víctima.
El hombre y su víctima trabajaban juntos en una base medicalizada del 061 de la zona de Arousa, él como técnico de emergencias sanitarias y ella como médica asistencial. Mantuvieron una relación durante dos años, entre junio de 2017 y julio de 2019, si bien durante ese tiempo no convivieron, ella siguió viviendo con sus padres y tan sólo acudía a la casa de Lugo de él cuando hacía guardias en esa localidad, llegando a pernoctar con él en su domicilio algunas noches.
Los problemas en la pareja comenzaron ya durante la relación. Durante el fin de semana de la noche de San Juan de 2018, estando ambos en Lugo, se produjo una discusión en la que él, con el propósito de que aquella no se marchara de allí y escuchase sus reproches sobre cómo iba la relación, le dijo que no saldría del domicilio hasta el martes (día 26 de junio de 2018). Llegó a proferirle expresiones tales como que solo saldrían de allí con él en un ataúd, que se iba a suicidar y que solo la sacarían de allí si él saltaba por la ventana o se ahorcaba.
La chica rompió la relación en julio de 2019 y en ese momento surgieron nuevos problemas. El hombre, "que no aceptaba el fin" de la relación, actuó "con el ánimo de perturbar la tranquilidad de su ex pareja sentimental y dominarla para conseguir que volviera con él. Según sostiene el fiscal, empezó de decirle que si no regresaba con él se iba a suicidar, que le iba a arruinar la vida y el trabajo, que su vida se iba a convertir en un infierno o que se iba a ahorcar el día de su cumpleaños con un cartel que pusiera "gracias" y el nombre de la mujer.
Además, el acusado le envió algunos mensajes y audios de Whatsapp para que volviese con él, e incluso cambió guardias para coincidir con su ex pareja en el puesto de trabajo que compartían, llegando a meterse en alguna ocasión en la habitación de ella en la base Medicalizada del 061 para que ella hablase con él y pedirle explicaciones de la ruptura.
El 1 de agosto de 2019, al salir de una de sus guardias, el acusado le pidió tomar un café y, cuando ésta se negó, se subió al asiento del copiloto del vehículo y le quitó el teléfono para que no pudiese avisar a nadie, viéndose ella obligada a tocar el claxon de su vehículo para pedir auxilio. Más tarde, mientras ella se dirigía a la localidad donde residía, él realizó un total de 33 llamadas al móvil de ella.
Tras ese episodio, la chica sufrió un ataque de ansiedad y recibió la baja médica, permaneciendo en el domicilio donde residía con sus padres. A pesar de ello, el acusado, con el propósito de hablar con ella y pedirle nuevamente explicaciones sobre la ruptura de su relación, el 4 de agosto se personó en las inmediaciones del domicilio de ella.
El 27 de agosto, mientras ella corría por la playa, el acusado se aproximó y le dijo que quería hablar con ella. Tras su negativa, la persiguió corriendo por las calles de la localidad hasta el despacho de su abogada, lugar donde se refugió hasta la llegada de su padre.
A raíz de estos hechos, la víctima estuvo de baja laboral y le hicieron un diagnóstico de trastorno ansioso-depresivo, para lo que le recetaron medicación ansiolítica y antidepresiva.