Asegura que un abrazo que la policía interpretó como una venta de cocaína era una felicitación de cumpleaños
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
La sección segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha dejado este jueves visto para sentencia un juicio por tráfico de drogas a pequeña escala en el que ahora los magistrados deberán deliberar sobre dos posturas totalmente encontradas sobre una supuesta operación de intercambio de cocaína por dinero. Mientras la Fiscalía acusa a un joven pontevedrés de pasar a otro esta droga a cambio de dinero, el propio procesado mantiene que los policías que le identificaron por esa acción están equivocados y lo que hizo fue abrazar al supuesto comprador para felicitarle, pues era su amigo y había estado de cumpleaños.
La Fiscalía lo considera autor de un delito contra la salud pública en su modalidad de sustancias que causan grave daño a la salud y, atendiendo a la circunstancia agravante de reincidencia - ya en el año 2017 había sido condenado por un delito contra la salud pública a 1 año y meses de prisión-, pide que sea condenado a 5 años de prisión y el pago de una multa de 200 euros.
Su defensa, sin embargo, pide su absolución y, al término del juicio, en el momento de las conclusiones definitivas, concluyó que "no se han aportado pruebas de la comisión del delito", los hechos que relata la fiscal "no son ciertos" y la versión de su cliente es "absolutamente verosimil".
Los hechos ocurrieron sobre las 22.20 horas del 3 de octubre de 2022 en la calle Tetúan, en el casco histórico de Pontevedra. Según la fiscal del caso, Carmen Novo, la Policía Nacional presenció una transacción en la que el acusado le entregó a otro joven un envoltorio plástico con 0,364 cocaína de una pureza de 83,1% a cambio de cierta cantidad de dinero y, cuando los agentes le dieron el alto, él tenía 4 unidades de MDMA/ éxtasis "que llevaba para destinarla igualmente a su distribución entre terceras personas".
Además, tenía en una riñonera 850 euros y 135 euros sueltos que la fiscal considera que son "procedentes de dicha actividad".
El acusado asegura que tenía droga encima porque era consumidor de sustancias estupefacientes. En esa época, consumía de forma habitual cocaína, "un gramo cada dos o tres días", y éxtasis de modo "puntual", en este caso, tenía cuatro pastillas para el fin de semana.
Según relató, y también confirmó su madre en el juicio, ha tenido en los últimos años épocas de consumo y otras en las que logró desengancharse, pero justo en el momento de los hechos había tenido "una recaída". En la actualidad, se encuentra a tratamiento y está "mucho mejor", pues logró dejar el consumo de alcohol y drogas.
Sobre el día de los hechos, relata que llevaba encima 850 euros en una riñonera porque se los había dado su madre para que comprase dos sillas de niño para el coche. El 10 de septiembre, menos de un mes antes, había nacido su segunda hija y tenía un niño de 1 año, de modo que necesitaba comprar sillas para el coche y su madre había pedido presupuestos por valor de 850 euros, de modo que le dio el dinero. Él y su entonces pareja fueron a varias tiendas para buscar los productos. Sin embargo, finalmente, no compraron. Esta versión la corroboraron tanto su madre como su ex pareja y madre de sus dos hijos, que ahora van a cumplir 2 y 3 años.
Además, llevaba dinero suelto en varios bolsillos del pantalón porque, según su relato, había comprado varias prendas de ropa para sus hijos y ese dinero se lo habían dado de vuelta. Su ex pareja añadió a esto que "nunca utiliza cartera" y "guarda el dinero donde cuadra".
Así las cosas, el joven señala que esa tarde fue de compras y, a última hora, su entonces pareja y sus hijos se fueron para casa y él se quedó en el casco histórico tomando unas cervezas y saludó a "varios amigos de la zona, que allí nos conocemos todos". Uno de ellos fue el supuesto comprador, al que "le di un abrazo y las felicidades" porque días antes había sido su cumpleaños.
El otro joven le entregó 20 euros porque "se los había dejado unas semanas antes de fiesta" y se los estaba devolviendo, pero niega que, a cambio, él le entregase un envoltorio con cocaína.
El juicio incluyó la declaración de dos policías (un por videoconferencia) que confirmaron que presenciaron ese encuentro entre los dos jóvenes y que realizaron "un intercambio con las manos en el que se ve que uno de los objetos es dinero". Según uno de los agentes, el acusado le entregó algo al otro chico "con el puño cerrado" y el otro a él, dinero.