Prevalecen las mascarillas en el primer día 'sin mascarilla'
Por Mónica Patxot & María José Pita
Tras 700 días con la mascarilla obligatoria en espacios interiores, este miércoles 20 de abril, el primer día en el que se permite su retirada, aunque con excepciones, en un recorrido por la ciudad de Pontevedra apenas se aprecian diferencias con respecto a jornadas precedentes.
Los locales comerciales han abierto sus puertas con el personal de atención al público protegido con mascarilla. En este caso, solo los empleados de los establecimientos sanitarios, como los de farmacia, están obligados a hacer uso de este elemento de protección, pero la imagen de este primer día sin mascarillas en espacios interiores es la de los dependientes de las tiendas ataviados con ella.
También en las oficinas de atención al público como Correos se puede comprobar que la mascarilla es la norma, pese a que los mostradores siguen equipados con mamparas protectoras de separación.
Entre la clientela, el uso de mascarilla también prevalece, apenas casos aislados de personas que se la retiraban y siempre en espacios amplios, como el caso de la tienda Mango en la comercial calle de Benito Corbal y que, aparte de tener todas sus puertas abiertas, cuenta con un extenso interior en el que la clientela transita con amplias distancias. Curiosamente, en cuanto se asomó nuestra fotógrafa, enseguida una clienta se recolocó la mascarilla, prueba de que la antigua norma aún está en la mente de todos.
En la peluquería de hombres París de la calle Marqués de Riestra, su propietario Enrique Lores nos explica que seguirán atendiendo a su fiel clientela con la mascarilla puesta. Si bien su establecimiento tiene la puerta permanentemente abierta, prefieren seguir llevando la mascarilla porque creen que así el cliente se siente más seguro.
Enfrente, en la pastelería Dalario Cake-Coffee, un hombre compraba un café para llevar y, aunque había distancia suficiente y el acceso al local estaba totalmente abierto, mantenía la mascarilla puesta. Los dependientes también la portaban, tanto en la atención al público como los dos pasteleros que estaban en plena faena en el obrador que se puede contemplar desde la tienda.
A unos pocos metros, en la calle Marquesa, el trabajo era intenso en la copistería Max Copy. Tres profesionales se afanaban tras el mostrador en las tareas de imprenta mientras un cuarto atendía a un cliente. Todos portaban mascarilla. Juan Riveiro nos comenta que tanto durante la atención al público como en el trabajo diario van a usar mascarilla, ya que, aunque con suficiente ventilación, en su local están continuamente moviéndose de máquina en máquina y es difícil mantener las distancias.
Una de las dudas de la jornada de hoy era saber cómo se iban a organizar las actividades en los centros deportivos. Un usuario habitual del gimnasio Gimsport de San Antoniño nos relataba escenas curiosas. "Por ejemplo, el monitor no reconocía a algunos socios sin la mascarilla, llevaban meses siendo socios pero nunca les había visto la cara completa. Otros fueron reacios a quitársela porque se sentían feos, había una cierta curiosidad morbosa por ver las caras de la gente, y entre la timidez y la inseguridad algunos mantuvieron puesto el cubrebocas". Añade que los monitores llevaban puesta la mascarilla, aunque la retiraban en momentos puntuales si el interlocutor no la estaba usando.
En la calle llama la atención que, aún manteniendo las distancias, un gran número de personas sigue portando mascarilla en espacios al aire libre. De hecho, el pasado 10 de febrero se eliminó la obligatoriedad de llevar mascarilla en exteriores y desde entonces muchos ciudadanos decidieron seguir haciendo uso de ella.
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