Las panaderías se quedarán sin harina en dos semanas si la huelga continúa
Por Manu Otero & Mónica Patxot
La huelga del transporte continúa y muchos sectores de la producción observan con temor como los almacenes de materias primas se vacían de forma irremediable. El Gobierno y el Comité Nacional de Transporte por Carretera alcanzaban un acuerdo esta madrugada que incluye una rebaja de 20 céntimos por litro en el combustible hasta el 30 de junio, pero a estas negociaciones no se invitó a la Plataforma para la Defensa del Sector del Transporte, impulsora de los paros iniciados el 14 de marzo, que demanda un encuentro con el Ministerio de Transportes. Por este motivo, la continuidad de la huelga todavía se mantiene y este viernes 25 está prevista una manifestación en Madrid convocada por este grupo de transportistas.
Una de las ramas afectadas por esta situación es la de la panadería, cuyos profesionales advierten de que si los camiones de las fábricas de harina no vuelven a descargar en los almacenes, "a mediados de la semana que viene no habrá pan", augura el presidente de la Asociación Provincial de Industriales y Artesanos de la Panificación y Pastelería (Aproinppa), Francisco Sánchez Bergantiños.
El malestar en este gremio no deja de crecer. Por un lado, ven con impotencia cómo las mercancías de otros sectores llegan a su destino escoltadas por la Guardia Civil. Por otro, consideran que los grandes productores de harina están especulando con este conflicto para subir todavía más el precio de una materia prima de primera necesidad.
"Las harineras tienen fuerza de sobra para armar un convoy y descargar en cualquier almacén intermedio en Galicia. Nuestra harina viene principalmente del interior de España y dicen que no pueden entrar en Galicia poque los piquetes los bloquean en A Gudiña, no me lo creo", sentencia Sánchez, quien cree que "las harineras están esperando a ver cómo queda el precio de los portes para repercutirlo luego en el precio".
Además, asegura el portavoz de los panaderos que la actividad en polígonos de Vigo, O Porriño o Arteixo continúa, por lo que no comprende cómo la fábrica de Harinas Reyes, ubicada en el parque pontevedrés de O Campiño, puede seguir bloqueada. "Que hablen con la Guardia Civil y que hagan presión", reclama.
Este caldo de cultivo, con la guerra en Ucrania como telón de fondo, traerá una irremediable subida del precio del pan en el que no solo el consumidor final será la víctima, los panaderos también pagarán un alto precio. "No podremos repercutir todo el aumento del coste en el cliente", reconoce Sánchez, quien recuerda que desde octubre a marzo el precio de la harina ya subió un 20 % y eso sin tener en cuenta la subida del precio de la luz o el gas.
El suministro de harina, que ahora se ha quedado congelado, estaba llegando a cuentagotas desde antes del estallido de la huelga. "No nos llegan camiones desde principios de la semana pasada y si pedíamos 80 sacos, nos llegaban 20", ilustra el presidente de Aproinppa.
Las consecuencias de esta crisis está haciendo mella ya en los productores más grandes, revela Sánchez que Ingapan, uno de los grandes productores de pan congelado de Galicia, han mandado al Erte a parte de su plantilla y reeducido la producción por la falta de materia prima.
Los trabajadores del sector también padecerán los efectos de la crisis, puesto que las empresas de panadería, y las de otros muchos sectores, serán incapaces de actualizar los salarios de sus empleados a la inflación, que se sitúa en el 7 % y "no sería de extrañar que alcance pronto las dos cifras", remata Sánchez.
La resolución de este conflicto la ve Francisco Sánchez todavía lejana porque, a su entender, las exigencias de los huelguistas son díficiles de cumplir porque "fijar una tarifa mínima obligatoria no se puede hacer, es como si los panaderos pactamos no vender ninguna barra por debajo de 80 céntimos, es ilegal", explica.
Además, desde este colectivo ven el conflicto enquistado y agravándose cada día, "parecía al principio una huelga de cachondeo, decían que iba a ser solo unos días, pero estamos viendo que cada día va a peor", señala quejándose del error de la patronal, gobiernos y sindicatos a la hora de medir la dimensión de la huelga.
Con todo esto, vaticinan desde Aproinppa que, si nada cambia, "alguna panadería se va a ver pillada la semana que viene y las reservas que tenemos para dos semanas no nos dan", remata.