Detienen en Poio al presunto testaferro de una red de estafadores radicada en Nigeria
Por Redacción
Agentes de la Policía Local de Poio han detenido a un hombre que, según los investigadores, actuaba como testaferro de una red de estafadores por internet radicada en Nigeria.
Al detenido, que es vecino del municipio, se le investiga por los delitos de estafa y pertenencia a organización criminal. Fue identificado en colaboración con los Mossos d'Esquadra y contaba con una orden de búsqueda y detención en vigor.
La investigación sobre esta red, que actuaba en todo el territorio nacional para cometer presuntos delitos de estafas, comenzó a mediados de 2019 a raíz de una denuncia presentada en la comisaría de Cornellá (Barcelona).
La organización se dedica a rastrear desde la aplicación Wallapop los anuncios que más le interesan y, una vez seleccionados, realizan una oferta al vendedor. Para dar veracidad y proximidad a la víctima, cuentan con testaferros en diferentes países.
Estos son, entre otras cosas, los encargados de dar de alta líneas telefónicas en estos países y, al figurar en las comunicaciones un número nacional engañan más fácil a sus víctimas, con las que nunca habla de viva voz sino mediante textos traducidos desde una web.
Acordado el precio del producto a comprar, los estafadores crean una falsa transferencia a través de esta aplicación, usando logotipos oficiales, y cuando la víctima envía la mercancía el dinero, evidentemente, nunca le llega.
Es entonces cuando el testaferro, según acreditan los investigadores, adopta un papel crucial porque recibe los productos, en su mayor parte teléfonos móviles, los vende y envía el dinero a la organización criminal de Nigeria.
Según consta en las diligencias, la manera que tiene la organización criminal de captar una persona para que reciba el material es bastante sencilla.
Si de las centenares de tentativas de estafa que realiza diariamente la organización, una de ellas se da cuenta antes de realizar el envío del terminal que lo que está sucediendo es un engaño, se lo dice al supuesto comprador. Es entonces cuando la organización, haciéndose pasar ahora por una empresa le ofrece un trabajo.
El trabajo que le ofrece la organización criminal es el de recibir a una dirección decenas de terminales telefónicos u otros objetos de valor, encontrarles un comprador y enviar el dinero a través de una empresa financiera de envío de dinero.
A cambio, el supuesto trabajador se quedará aproximadamente cien euros en cada venta.