Mercedes Criado Castro pertenece a la generación que se denominó 'los niños de la Guerra'. En el colegio aprendió a bordar y desde entonces desarrolló esa destreza. Emigró de su Andalucía natal, de la localidad cordobesa de Villa del Río, de la que también era Matías Prats Cañete. El paisanaje que ejercía el periodísta le facilitó un trabajo en la capital española.
Pusieron en sus manos, nunca mejor dicho, el encargo de bordar el ajuar de boda de Fabiola de Mora de Aragón, quien iba a convertirse en la reina de Bélgica tras contraer matrimonio con Balduinode Sajonia-Coburgo-Gotha.
No sería la única artesania que realizaría para los monarcas; en el 'Cara a cara' habla del bordado de pañuelos con cabello humano, o bordado de lausín que tuvo su impronta en Europa y en mayor grado en China.
Goza de una salud física y mental envidiable; como que sigue con sus costuras y tejidos sin necesidad de gafas, como cuenta Maribel Rodríguez Criado, su hija y que la acompaña en su visita a PontevedraViva Radio y quien es testigo diario de su destreza, ya que Mercedes vive actualmente con ella en esta capital.
De haber vivido en otro momento de la Historia, Mercedes habría estado considerada como auténtica artista ya que el bordado estuvo catalogado como Arte. Hoy, en la segunda década del XXI estos prolijos trabajos artesanos se restringen a actividades y sectores muy concretos, o como sigue haciendo Mercedes, una forma de ocupar su tiempo.