Pocas ventas en el inicio de unas rebajas marcadas por la pandemia y el cierre perimetral
Por Manu Otero & Mónica Patxot
Las rebajas ya están aquí, pero las ventas no acaban de explotar. A la ya desigual lucha entre el pequeño comercio pontevedrés con las grandes superficies se le une este año las restricciones derivadas de la pandemia de la covid-19, lo que lleva a los comerciantes a no pensar en elevadas facturaciones sino en subsistir.
"La cosa está fatal. Estamos en una guerra contra la covid que ha cambiado nuestra forma de vivir. Hay paro y eso debilita la economía. Ante el miedo, la gente lo que hace es ahorrar", explica el presidente del Centro Comercial Urbano Zona Monumental, Miguel Lago, las pocas expectativas que tiene el sector sobre esta campaña.
"Estamos en un momento muy débil de consumo y el confinamiento perimetral influye, porque solo puedes comprar en tu municipio", recuerda el portavoz de los comerciantes que desea que la presencia de gente en las calles se traduzca en ventas en los pequeños comercios de la ciudad.
En la misma línea se pronuncian en tiendas de ropa de la zona vieja de Pontevedra. "La cosa va muy lenta", admiten tanto Mercedes, de Lagasca Vintage; como Inma, de Carnaby.
Aunque la campaña de Navidad fue positiva, las previsiones para las rebajas no eran buenas. "Ya hemos pedido menos mercancía porque sabíamos lo que iba a pasar", detalla Inma, que lamenta los efectos del cierre perimetral que impide a muchos clientes habituales de otros municipios acudan a la tienda a realizar sus compras.
"El frío influye también, pero el cierre perimetral sí que lo notamos", remarcan desde Lagasca. En ningun comercio se plantean comparar las cifras de esta campaña con la del 2020. "No se puede comparar, pero para mal", señala Mercedes.
"Lo importante ahora es mantenerse abiertos, luego ya se verá", remata Inma tirando de optimismo.