El 'caso singular de los Duarte', dos hermanos al frente de dos policías vecinas
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
En las policías locales de Pontevedra y Poio los máximos galones tienen distinto nombre, pero el mismo apellido. Los hermanos José Manuel y Antonio Duarte Solla bien podrían estar inaugurando una nueva saga policial, pues son desde hace semanas la máxima autoridad de los cuerpos municipales a ambos lados del puente de la Barca. Antonio, el menor (44 años) está al frente de la Poio desde 2017 y José Manuel, el mayor (47), acaba de asumir la Jefatura de Pontevedra.
Antonio y José Manuel velan por la seguridad de dos municipios limítrofes y, aunque no existe ningún tipo de estadística que registre situaciones de esta naturaleza, un rastreo por periódicos y hemerotecas sí permite concluir que, al menos en Galicia, son un caso excepcional. Ellos no son ajenos a esta situación sin precedentes y José Manuel reconoce que "algo he investigado" para resolver el misterio y, salvo que se dé en pueblos de muy pequeño tamaño, no ha encontrado casos similares.
¿De dónde les viene esa vocación tan fuerte que ha llevado a ambos a los máximos puestos de responsabilidad en sus respectivos cuerpos? Hasta que ellos aprobaron la oposición, José Manuel en 1997 y Antonio en 1999, ningún miembro de esta familia natural de la parroquia pontevedresa de Cerponzóns había dedicado su vida a la seguridad de los demás (ni siquiera hay ningún funcionario más) y su hermana mediana tampoco ha seguido sus pasos, de modo que la respuesta no está en ninguna tradición familiar.
La respuesta la tiene Antonio. La idea le rondó "al terminar el instituto y tener que tomar decisiones sobre mi futuro profesional". Su "sentido de la justicia" le dio el empujón, pues "siempre ha sido algo que ha marcado mis decisiones personales". La "pasión por investigar y ayudar a los demás" contribuyeron a la decisión final.
Cuando Antonio empezó a preparar las oposiciones, José Manuel estudiaba la carrera de Física en la Universidad de Santiago de Compostela y ni se le había pasado por la cabeza esta profesión, pero a través de su hermano empezó a conocerla en detalle y "me gustó".
José Manuel asume, de todas formas, que algo contribuyó también a darle el impulso "ese halo que sobrevuela a la figura de policía" y, aunque él tenía tres años más y, al ser hijo de padre emigrante asumió de pequeño el rol de hermano mayor, también confiesa que, durante la infancia, seguro que se entrenaron jugando al típico "polis y cacos".
Ninguno recuerda si hacía de policía o de ladrón ya en aquellos años, pero Antonio sí explica que "para ser un buen policía, hay que conocer a los delincuentes y su perfil criminológico, seguro que de pequeños nos entrenamos". José Manuel, además, añade que siempre ha tenido mucho respeto a la autoridad. "Desde luego, nunca corrí delante de la policía", si bien sí confiesa alguna trastada juvenil.
El hermano mayor sacó la plaza antes, pero, en realidad, el pequeño vistió antes el uniforme azul, pues durante los tres años anteriores a aprobar, ya fue auxiliar en la Policía Local de Poio que hoy dirige. A partir de ahí, sus trayectorias discurrieron bastante en paralelo. Ambos sacaron la oposición en Pontevedra y coincidieron durante años hasta que José Manuel logró la plaza de sargento jefe en la Policía Local de Cambados, donde estuvo cuatro años y acumuló una experiencia en gestión de personal y equipos que está seguro que le servirá de ayuda en esta nueva etapa. Recuerda con cariño que muchos de los agentes a los que dirigió en la villa del albariño "doce años después, me siguen llamando jefe".
También su preparación ha ido en paralelo. Compatibilizando la familia y la profesión, se han especializado en Criminología y han seguido una formación continua. Además, tras aquella etapa de José Manuel en Cambados, regresó a Pontevedra y de 2008 a 2017 fueron, de nuevo compañeros y realizaron servicios juntos.
Han vivido la situación de ser compañeros, de tener Antonio un cargo superior y de ser José Manuel el de más galones y "nunca hubo ningún conflicto", en esos servicios compartidos "trabajamos como con otro compañero más", si bien José Manuel reconoce que en su trabajo siempre se pueden generar situaciones de peligro en las que "cuidas a todo el mundo y si el compañero es tu hermano, más".
"Si algo nos define a ambos es la capacidad de autocrítica, somos exigentes y asumimos nuestro trabajo con el máximo compromiso, respeto y profesionalidad", explica Antonio. Ambos lo demostraron cuando coincidieron en un incidente protagonizado por un suicida que estuvo durante horas encaramado a un andamio, hasta que los bomberos le rescataron. Durante todas esas horas de tensión, José Manuel estuvo a su lado en el andamio y Antonio, en la calle. De todas formas, el contexto profesional que más ha marcado a ambos está más relacionado con incendios en los que lo pasaron mal y con la muerte de un joven arrollado en la vía del tren en su propia parroquia, Cerponzóns.
Ambos tienen, además, un gran respeto profesional por su hermano. Antonio admira del nuevo jefe de Pontevedra "su capacidad de trabajo con jornadas interminables" mientras que José Manuel cree que la Policía Local de Poio "ha dado un vuelco" en los tres últimos años y, aunque la apuesta política del Concello por el servicio resultó clave, está seguro de que su hermano también "ha podido influir mucho".
Ese respeto profesional lo muestran también hacia los cuerpos policiales que dirige el otro y ambos destacan que la relación es de "absoluta colaboración" y que su intención es que siga siéndolo. Antonio sostiene que para él "es un orgullo tener a mi hermano al otro lado del puente de la Barca" y que ambos asumen que "la seguridad de sus concellos depende de sus equipos, de modo que "trabajando de forma coordinada nuestros logros serán mayores".
Aunque "en el fondo ambos concellos buscamos la seguridad y bienestar de nuestros vecinos", los restos de cada una de las policías y sus jefes son diferentes.
Para Poio Antonio se marca, entre otros, "ampliar la plantilla de agentes para asumir turno de noche, formar a los menores en educación vial para que sean ciudadanos responsables y luchar de forma constante para erradicar el problema de venta y consumo de drogas. Para Pontevedra, José Manuel, afrontar el actual conflicto laboral del cuerpo, "conciliar, pacificar" y, a continuación "intentar que la Policía Local de Pontevedra esté donde tiene que estar, como un referente autonómico".
Ninguno se había planteado que esta situación de tener jefatura al mismo tiempo en policías vecinas pudiese darse. "Ni siquiera pensé nunca que con 47 años fuese jefe de Pontevedra", confiesa José Manuel. "Evidentemente no podíamos imaginarnos esta situación exacta", añade Antonio. Pero ahora que se ha dado se muestran encantados. Y eso a pesar de que la situación ya ha inspirado "algún chascarrillo".
La familia "está encantada de tenernos cerca" y sus padres "muy orgullosos", aunque Antonio bromea con que "nos van a prohibir hablar de trabajo en las reuniones familiares" y José Antonio confiesa que ya han tenido comida familiar tras su nombramiento y no se han podido escapar de bromas como la de su cuñado que "dice que ya no puede decir de quién es cuñado". La broma más habitual es "que si tomaremos café en mitad del puente de la Barca". De momento, no será posible, pero esta semana sí se han dado la mano (en su versión de codo de la 'nueva normalidad' del coronavirus) en medio del puente.
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