Poio y Ponte Caldelas hermanados sobre las dos ruedas
Por Redacción
Alrededor de 200 motos del Club A Rosa dos Ventos visitaron Ponte Caldelas y protagonizaron una concentración en la Alameda tras recorrer los principales enclaves turísticos de la villa como el área recreativa y la playa fluvial de A Calzada.
Los motoristas entraron a las doce del mediodía en la villa escoltados por efectivos motorizados de la Guardia Civil, Policía Local de Poio y Protección Civil. Con el rugir de sus máquinas y accionando sus bocinas llamaron la atención de los vecinos y visitantes de Ponte Caldelas que salieron a las aceras a recibir a la colorista comitiva. Entre los asistentes estuvo el alcalde de Ponte Caldelas, Perfecto Rodríguez, quien dio la bienvenida a los participantes y felicitó a la organización por el comportamiento de los miembros de la expedición motera.
Siguiendo el itinerario de la organización, en primer lugar los componentes de la expedición motera recorrieron el centro de la villa para luego dirigirse al área recreativa y playa fluvial de A Calzada donde tuvieron la oportunidad de contemplar uno de los parajes naturales más bellos de la provincia y que es lugar habitual de baño de vecinos y visitantes ya que dispone de infraestructuras deportivas y recreativas para el disfrute en familia.
La playa fluvial está habilitada para el baño y el resultado de la calidad de sus aguas, tras el pertinente análisis realizado por la Consellería de Sanidade, tienen el calificativo de "excelente". De hecho, de ser extrapolables los criterios que usa la Unión Europea para conceder las banderas azules harían acreedores a esta playa de dicho distintivo de calidad.
Tras un ligero descanso en el área recreativa de A Calzada, los componentes de la concentración motera se dirigieron de nuevo al centro de la villa para estacionar sus máquinas en la Alameda de Ponte Caldelas donde se convirtieron en objeto de miradas y disfrute de vecinos y visitantes que contemplaron las motos durante más de una hora.
DE COPILOTO UN PASTOR BELGA
Las personas que acudieron a la Alameda pudieron contemplar todo tipo de motos, estilos, adornos, cascos, complementos y modos de vida expresados a través de sus máquinas. Como anécdota curiosa señalar que una de las motos participantes estaba adaptada para llevar como copiloto a un perro, de raza pastor belga, que hizo las delicias de niños y mayores que no daban crédito de su docilidad y adaptación al vehículo de su propietario.
Mientras tanto, los componentes de la expedición motera disfrutaron de la sombra del magnífico arbolado existente en la Alameda así como de un refrigerio servido por los establecimientos hosteleros de la localidad.
Alrededor de las 13:20 horas los componentes de la expedición subieron en sus monturas y de manera ruidosa, pero ordenada, abandonaron Ponte Caldelas para seguir su ruta de vuelta al municipio de Poio, lugar desde donde habían partido.