Este San Xoán no quedó meigallo por espantar (ni pan por pingar)
Por Diego Torrado
La cultura popular gallega puede llegar a tener tantas leyendas vinculadas a la noche de San Xoán como hogueras iluminaron en la madrugada del domingo al lunes la comarca de Pontevedra, pero en todas coincide un denominador común: el elemento purificador del fuego para espantar meigas y meigallos. A la vista de la cantidad de fiestas celebradas, no quedó un pontevedrés con él en el cuerpo.
Las hogueras se extendieron hasta altas horas de madrugada en la noche más corta y mágica del año y hubo quien se aventuró a saltarlas para ahuyentar los malos espíritus. Previamente, en prácticamente todas ellas se habían celebrado sardiñadas en las que se crearon largas colas para cumplir aquel dicho de "por San Xoán, a sardiña pinga o pan". Aunque este 2013, con la crisis, la escasez de sardina y el precio que alcanzó en el mercado, fueron menos las que "pingaron" y más churrasco y criollos los que salieron de las barbacoas.