La Audiencia ratifica la condena a un año y tres meses de prisión para el donjuán de Marín
Por Redacción
La Audiencia Provincial de Pontevedra ha ratificado la condena impuesta por el Juzgado de lo Penal número 1 de Pontevedra a Rodrigo Nogueira, conocido como el donjuán de Marín, por hacer un 'sinpa' de 5.062 euros en un hotel de Meaño.
El juez le había condenado a un año y tres meses de prisión por un delito de estafa y ahora, en un fallo adelantado este lunes por Alfredo López Penide en La Voz de Galicia, la Audiencia Provincial ha desestimado el recurso presentado por el condenado y ha confirmado la pena.
La sentencia del juez Juan José Trashorras ahora confirmada por la Audiencia también condenaba a la co acusada en esta causa, Olga G.G., a la que impone un año de prisión por el mismo delito de estafa por haberse ido ambos sin pagar de A Quinta de San Amaro después de un mes de estancia. Además, ambos deben pagar de forma conjunta al hotel los 5.062 euros que le deben y los intereses generados desde 2013.
El juez ha considerado probado que, tras dos estancias previas de corta duración, en las que el importe de los servicios se habían abonado sin ningún problema, el donjuán y su conquista más reciente se alojaron en A Quinta de San Amaro desde el 11 de marzo hasta el 12 de abril de 2013 "con ánimo de obtener un beneficio económico ilícito".
La sentencia sostiene que ambos hicieron creer a los dueños del hotel que iban a abonarle los gastos de alojamiento y manutención que habían realizado durante el período, que ascendieron a 5.062,64 euros, sin que tal suma haya sido pagada hasta la fecha.
El juez también añade que el donjuán ya tenía la "intención inicial de no pagar la cuenta" y engañó a los dueños del hotel haciéndole creer que era trabajador de la empresa HP y su compañía se haría cargo de los gastos, para después fingir que él los pagaría mediante una transferencia que era imposible que se efectuara porque la cuenta no existía.
Olga G.G. sostuvo que había sido víctima de un engaño por parte de Rodrigo, a quien se atribuyen haber engañado económica y sentimentalmente a al menos 64 mujeres y un hombre en los últimos 20 años. Sin embargo, el juez sostiene en la sentencia que existe prueba que "permite concluir que ello no era así", y ella, al igual que su acompañante, actuó "movida por el ánimo de enriquecerse a costa de los perjudicados", pues "tuvo la intención inicial de no pagar la cuenta y de engañar".
Por la sala de vistas del penal pasaron dos mujeres que relataron la experiencia vivida con el acusado como víctimas de sus conquistas y un psicólogo forense pareció tildar su conducta como la de un psicópata que utiliza las redes sociales para buscar y captar a sus víctimas.
Ante tales testimonios, el juez sostiene que no duda que "es posible que haya víctimas derivadas de la forma de conducirse por la vida el acusado", pero matiza que, por las pruebas que se expusieron en el juicio, Olga G.G. "no es una de ellas".
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