Dos menores ratifican en la Audiencia que el exnovio de su madre abusó de ellas desde los 8 años
Por Natalia Puga
Dos menores de Poio han ratificado este martes ante la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra que durante años, desde que tenían ocho, el exnovio de su madre abusó sexualmente de ellas tanto en la casa familiar como en un piso de él en Pontevedra, en un garaje y en propiedades en las que él trabajaba.
Las niñas ya lo habían denunciado ante la Guardia Civil y en el juzgado instructor y este martes se han mantenido en su acusación e incluso la han ampliado en el juicio que se sigue contra el hombre por dos delitos continuados de abusos sexuales. Este jueves 11 se retomará con las declaraciones de cuatro testigos y las pruebas periciales.
El hombre, natural de Redondela, mantuvo su inocencia y se defendió de todas las acusaciones formuladas, por las que la Fiscalía pide que sea condenado a doce años de prisión y a la prohibición de aproximarse y comunicarse con las menores durante el mismo período. El fiscal pide también que se adopte la medida de libertad vigilada, consistente en la prohibición de aproximarse y comunicarse con las menores por un periodo de siete años, y que indemnice a cada una de las menores con 6.000 euros.
El acusado mantuvo que no sometió a las niñas a los tocamientos que ellas sostienen y que, de hecho, tan sólo les daba besos en la cara como parte de una relación normal en el que él actuaba como su padre y las cuidaba. Durante el tiempo que duró la convivencia con su madre en su casa de Poio él se encargaba de recogerlas en el colegio y de cuidarlas tanto a ellas como a sus tres hermanos varone, todos hijos de su expareja.
El hombre negó que hubiese llevado a las niñas al piso de Pontevedra al que se fue a vivir tras dejar la relación con la madre de las niñas. Siguió viéndose con ella y les compraba regalos, pero niega cualquier tipo de comportamiento libidinoso. Las niñas, sin embargo, durante su declaración en la sala detallaron las características de esa vivienda aportando todo tipo de datos sobre su distribución o incluso el color del sofá.
Ambas siguen siendo menores de edad y este jueves declararon protegidas por un biombo en la Audiencia. La más pequeña señaló que todo empezó el día de su octavo cumpleaños. Al principio, tan sólo la agarraba de las manos y le daba besos en la boca, pero "cada vez iba a peor" y empezó a desnudarla, a someterla a todo tipo de tocamientos y a obligarla a ella a que le tocase a él.
Según el relato, ocurrió cuando se quedaban solos en casa o en el garaje y él "decía que todo era un juego, que no se lo podía contar a nadie". Ella acabó contándoselo a la orientadora de su colegio después de ver una noticia en la televisión de un caso de abusos de un padrastro a su hijastra. Tras eso, del colegio alertaron a su madre, que este martes sostuvo en la sala que no sabía nada de lo que había ocurrido durante los años anteriores. Ella denunció los hechos en la Guardia Civil.
La otra supuesta víctima es mayor que su hermana y relató que en su caso todo empezó también cuando tenía ocho años, de modo que duró más tiempo. Como en el caso de su hermana, él empezó siendo muy cariñoso y dándole besos y poco a poco fue a más y abusaba de ella "siempre que no había nadie en casa", cuando "tenía la oportunidad". La última vez fue "la más violenta", pero nunca llegó a producirse una agresión sexual.
Tanto las menores como su hermano mayor indicaron que el acusado solía andar desnudo por la casa y entrar en el baño cuando estaban las niñas. Además, señalaron que, cuando había gente delante "era el mejor padre del mundo", pero "después cambiaba totalmente". Ambas le consideraban un padre porque "vi en él al padre que nunca tuve, es el padre que conocí", ya que su madre se había separado del progenitor biológico cuando ellas eran muy pequeñas, pero también reconocen que no era así con sus hermanos varones, con los que era muy autoritario. Uno de ellos "aprendió las tablas a bofetadas".
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