La emblemática Droguería Moderna, fin de una era
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
La popular Droguería Moderna del número 8 de la plaza de Curros Enríquez permanece cerrada desde el pasado viernes 28 de abril tras el fallecimiento de su propietario, Luis Esteban Menéndez. Todavía no hay tomada una decisión final sobre si reabrirla o no, pero lo que resulta innegable es que ha llegado el fin de una era en este establecimiento único y emblemático de Pontevedra, pues, aún en el supuesto de una reapertura, ya nada sería igual al cambiar a su máximo responsable.
Su hijo y nieto del fundador del establecimiento en 1924, Eduardo Esteban, era el encargado en los últimos tiempos, pero Luis Esteban seguía en activo hasta hace muy poco tiempo y era el alma de una droguería en la que acababan recalando en algún momento todos los pontevedreses en busca de productos de cosmética, limpieza, jardinería... imposibles de encontrar en ningún otro negocio de Pontevedra.
Un cartel anunciando el cierre preside ya la puerta del establecimiento, con 93 años de historia, uno menos de la edad que tenía Luis Esteban cuando falleció, 94. Su hijo Eduardo explica que estaba todavía en activo y su muerte fue repentina, de modo que todavía no han tenido tiempo para tomar decisiones sobre el futuro del local. De momento, permanece cerrado y derivan a todos sus clientes y proveedores al local contiguo, la farmacia Esteban, un negocio de la misma familia en el que están recogiendo pedidos y atendiendo a compradores.
En la decisión final que se adopte pesará mucho la renta que tengan que pagar a sus propietarios. Se trata de un local de renta antigua y, al fallecer su propietario, queda suspendida, de modo que habrá que valorar el importe a pagar, pero también quién se encargará del negocio, en el que hasta el pasado jueves se podía ver a Luis Esteban, su hijo y dos empleados.
En caso de que se opte por el cierre definitivo, se perderá un local sin competencia donde encontrar productos químicos y específicos para limpieza, alimentación, industria, hostelería, agricultura, artes y manualidades, pero también famoso por sus aceites y esencias para masajes y alimentación y por ofrecer productos de herboristería o realizar análisis de aguas, vinos, mostos y aguardientes.
Si se opta por la reapertura en otro local, la pérdida sería igualmente irremplazable, pues se trata de uno de los locales más carismáticos y con los detalles más cuidados de la ciudad, un comercio a la antigua usanza que conserva el encanto de las tiendas de principios del siglo XX y atesora una historia que incluye una época como farmacia o tienda de fotografía.
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