Diez razones por las que no gusta, ni en el PP, la Ley de Acuicultura
Por Oskar Viéitez
La Xunta de Galicia quiere ser pionera en regular la acuicultura en la Unión Europea. El gobierno de Núñez Feijóo espera que el Parlamento apruebe la nueva ley en el primer semestre de este año pero cada vez son más las voces que dentro del propio Partido Popular piden la retirada de este polémico anteproyecto, elaborado sin consultar a los trabajadores del mar.
Los concellos del litoral preparan mociones para exigir la retirada de la norma y se prepara una manifestación en Santiago que promete ser multitudinaria. En los despachos del PP gallego crece el nerviosismo ante la oposición frontal del sector del mar y la fractura en las filas populares. Recuerden que este año hay elecciones autonómicas.
¿Pero cuáles son las razones por las que todos los sectores vinculados al trabajo en el mar rechazan tajantemente esta ley?. Estas son las diez razones por las que genera tanta controversia.
1. PRETENDE PRIVATIZAR LAS RÍAS
La nueva norma exige rentabilidad en los bancos marisqueros. Si no dan beneficios se puede retirar el permiso o la concesión y sacarlas a concurso por un sistema de subasta. Al mejor postor. El sector marisquero asegura que se pretende privatizar las rías para ponerlas al servicio de las grandes multinacionales.
2. PREVALECEN SOBRE EL URBANISMO LOCAL
La nueva legislación confiere a la acuicultura el rango de interés público de primer orden y declara de incidencia supramunicipal los planes sectoriales de ordenación de este sector, es decir, prevalecen sobre el urbanismo local. Con esa calificación, se podrá expropiar a los titulares de terrenos para instalar piscifactorías.
3. PERJUDICA A LAS ACTIVIDADES TRADICIONALES
La ley prioriza la instalación de plantas de acuícolas sobre todo lo demás, incluso desplazando a las actividades tradicionales ya implantadas.
4. FAVORECE LA ACUICULTURA A ESCALA INDUSTRIAL
La ley apuesta por la llamada acuicultura multitrófica integrada, un modelo industrial importado de Canadá mediante el cultivo combinado de distintas especies comerciales en una misma instalación. A grandes rasgos consiste en la integración de cultivos de peces con los de algas, moluscos, crustáceos y otros invertebrados marinos.
5. RIESGOS MEDIOAMBIENTALES
La Ley de Acuicultura autoriza todo tipo de variedades taxonómicas, incluso foráneas o exóticas.
6. MÁS CONTROLES Y SANCIONES
Se endurecen los controles y las sanciones. Se obliga a colocar localizadores en los barcos auxiliares para evitar prácticas irregulares. Además de multas económicas se incluye la pérdida de las licencias que tenga el infractor en materia de pesca, marisqueo o acuicultura.
7. HABRÁ QUE PAGAR UN CANON
Al pasar de autorización a concesión administrativa los productores tendrán que pagar un canon de ocupación y aprovechamiento del dominio público, además de los tributos correspondientes a la Axencia Tributaria Galega.
8. BATEAS EN MAR ABIERTO Y EN LA REDNATURA
Se podrán construir piscifactorías en Red Natura, dado que no existe ninguna prohibición para ello, sólo deberá demostrarse que no hay condiciones idóneas en las zonas de menor protección, también se permitirá la instalación de más bateas de mejillón, ahora no permitidas, así como a nuevos cultivos de diversas especies fuera de las rías ('offshore').
9. COMPETENCIA DESLEAL
La administración podrá autorizar la producción de mejillón en las bateas de ostra. El sector entiende que la ley abre una competencia desleal y que se inmiscuye en competencias que son del Ministerio de Fomento, de Capitanía.
10. PÉRDIDA DE PERMEX
Las autorizaciones de marisqueo que pasen a la acuicultura además de tener una concesión temporal y el deber de producir unos rendimientos mínimos, obligará a pasar las embarcaciones a la cuarta lista perdiendo los permex de otras actividades, una vía más para la extinción de la pesca tradicional y el marisqueo.