Drama por tumbas profanadas en San Mauro
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
Con los ojos rojos y una expresión a medio camino entre la indignación y el dolor cuatro vecinos de Vilaboa recorren diversos pasillos de panteones del cementerio de San Mauro. Son una madre y sus tres hijos que cada día, desde hace tres años, acuden al camposanto para pasar el día junto a la tumba del padre de familia fallecido, pero este viernes su rutina diaria se vio alterada y no ocultan la rabia que sienten. Cuando llegaron pasadas las nueve de la mañana se encontraron con dos panteones cercanos, uno de ellos de un familiar, dañados y en uno de ellos el nicho destapado y una caja de un difunto reciente a la vista.
El impacto inicial se transformó en enfado y luego en rabia e indignación e inmediatamente avisaron a las familias propietarias de los panteones dañados. Los conocen. Todos tienen en común lazos familiares y que son de etnia gitana. Mientras los autores del hallazgo residen en Vilaboa los otros dos nucleos familiares son de O Vao de Abaixo.
No tardaron en presentarse las víctimas y el cementerio empezó a llenarse. Varias decenas de personas se acercaron para ver de primera mano los desperfectos y ninguno se libró de que le resbalasen las lágrimas por la mejilla. Para toda persona la pérdida de un familiar es dolorosa y ver que sus restos mortales han sido víctimas de un delito recuerda aquel dolor. Cuando la familia es de etnia gitana "nuestras costumbres y nuestra cultura hacen que esto sea aún más doloroso", explica uno de ellos a PontevedraViva. "Sé que para todos la muerte es algo muy duro, pero en nuestra cultura lo tomamos más a pecho, que toquen estas tumbas es como si nos tocasen a nosotros a través de nuestros muertos", añade.
El ambiente de indignación y dolor que se vivió en el cementerio alcanzó su punto de máxima tensión cuando llegó la viuda de un vecino de O Vao fallecido hace poco más de un mes, el 10 de diciembre de 2012, a los 40 años. El féretro con sus restos mortales se podía ver desde el exterior, los autores de los destrozos arrancaron la tapa con su inscripción y la dejaron apoyada al lado de los centros y ramos de flores que rodeaban el panteón. La mujer "se cayó al suelo dos veces, estaba totalmente ida", relata su primo de Vilaboa.
En este panteón los autores de los destrozos fracturaron por completo una de las hojas de cristal que lo cierra, arrancaron la tapa de ese nicho y dejaron las flores aplastadas. En el pasillo inferior del cementerio está el otro panteón afectado, al que forzaron la cerradura y arrancaron las tapas de todos los nichos, si bien en este caso no había nadie enterrado y no quedó ninguna caja al descubierto.
Los daños materiales son importantes, pero no lo que más enfado despierta entre las víctimas. Recuerdan que hace dos semanas, en la madrugada del domingo al lunes, otros dos panteones sufrieron daños similares. Ellos aseguran que las tumbas "fueron profanadas" aunque el término policial se limita a hablar de "daños" porque los féretros no se abrieron y se quejan de que en los dos de este viernes y los dos de la anterior ocasión "solo causaron daños en panteones de gitanos", de modo que se lo toman como algo personal.
"Ya nos preguntó la Policía si sabíamos de alguien que tenga algo contra nosotros, le dijimos que no, pero esto no nos gusta nada, algo tiene que haber, a lo mejor venían a buscar dinero, pero no lo encontraron, no había nada". Una de las tumbas de la anterior ocasión fue, además, la del patriarca de O Vao, de modo que el incidente causó "mucho más enfado" entre sus allegados. En su caso, llegaron a abrir un par de nichos, pero no dañaron la estatua de bronce de más de 2.000 kilos de peso que recuerda la figura del referente de la comunidad gitana pontevedresa.
Si hace dos semanas la actuación de los afectados se limitó a presentar una denuncia ante la Policía Nacional, en esta ocasión no están dispuestos a dejarlo pasar. Este viernes su enfado y el revuelo provocado requirió la intervención de las policías Local y Nacional. Agentes del Cuerpo Nacional de Policía incluso acordonaron la zona mientras la Policía Científica recogía huellas en el féretro descubierto y en el resto de los puntos que pudieron haber tocado los autores de los destrozos.
Terminada esta tarea, la zona quedó despejada y la Policía Nacional ya ha abierto una investigación por un delito de daños, pero los presentes tomaron una determinación. A partir de la noche de este sábado acamparán delante de sus panteones. "Vendremos 200 o más y vamos a dormir aquí enfrente, traemos las furgonetas y aparcamos dos en cada pasillo en el que hay un panteón de un gitano, los que hicieron esto no lo van a volver a hacer, ya le pedimos permiso al administrador", explican. Están seguros de que los autores actúan de noche y su objetivo son tumbas de familias de etnia gitana y mantendrán esta acampada en el cementerio hasta que logren dar con los autores o los persuadan de volver a actuar.