Los arqueólogos encuentran restos de cerámica del Neolítico en el islote de Areoso
Por Redacción
La intervención arqueológica realizada en el islote de Guidoiro Areoso, situado en la Illa de Arousa, permitió sacar a la luz varios restos de cerámica del Neolítico situados en posición original, esto es, sin ser movidos por el efecto de las mareas. Además, también se excavaron tres estructuras arqueológicas tipo cista (pequeñas cajas hechas con piedras) para poder confirmar su funcionalidad, probablemente funeraria.
Estos trabajos, que contaron con un presupuesto de 17.000 euros, tenían como objetivo llevar a cabo varios sondeos valorativas de los restos, así como labores de conservación.
A mayores de esta recuperación y evaluación de los diferentes materiales, otro de los puntos fundamentales de esta intervención pasaba por la conservación. De este modo, se realizó un tapado provisional parcial al lado del muro que protege la mámoa 4, con el fin de evitar la entrada de agua durante las mareas vivas en el interior del dolmen. También se trasladaron las losetas que formaban otro dolmen para evitar el desgaste a lo que se veían sometidas por la acción del mar.
RESTOS ARQUEOLÓGICOS PREHISTÓRICOS EN MUY BUENAS CONDICIONES
Guidoiro Areoso es un islote de apenas 8 hectáreas de superficie, con unos 600 metros de longitud de norte a sur por menos de 200 en su parte más ancha, mientras que en la más estrecha las mareas más vivas llegan a dividirlo en dos en los últimos años. Aunque hoy se sitúa aproximadamente en medio de la Ría de Arousa, a unos 1.400 metros en línea recta de la Illa de Arousa, hasta hace unos 3.500 años, mientras el nivel del mar se situó entre cinco y siete metros por debajo del actual, seguramente formaba parte de una península unida al continente.
Al mantenerse aislado desde entonces, nunca cultivado y cubierto en su mayor parte por una duna, conserva restos arqueológicos prehistóricos en muy buenas condiciones. Se conocen un total de cinco monumentos megalíticos (mámoas), de finalidad funeraria, así como abundantes indicios de ocupación durante lo Neolítico y la Edad del Bronce (fundamentalmente cerámicas y huesos de animales). Todos los restos que se conocen están situados en la zona intermareal, en los suelos antiguos (paleosolos) enterrados bajo la arena, donde la acción del mar los va dejando a la vista, ya que en el resto del terreno la duna impide ver nada.