Cuatro jóvenes se sientan en el banquillo de los acusados por comprar cocaína en Vilagarcía para venderla en A Coruña
Por Mónica Patxot & Anxo Lourido
La sección cuarta de la Audiencia de Pontevedra acogió un juicio sobre un delito contra la salud pública cuyos hechos se remontan al año 2006. El fiscal acusa a dos coruñeses, Alejandro P. y Antonio B., de haber comprado cocaína a Rubén F. en Vilagarcía de Arousa para después venderla. Un cuarto joven, Xoán F., está acusado de guardar la droga en Palavea (A Coruña). La intervención había sido realizada por la Guardia Civil a través de un operativo de escuchas telefónicas.
Alejandro P. y Rubén F. reconocieron ante la jueza que habían realizado la operación de compra-venta y el fiscal modificó la petición de prisión de 5 a 3 años para ambos. Sin embargo, Antonio B. se negó a reconocer su implicación en los hechos. El acusado mantiene la versión de que el día de la detención acompañaba en un coche como copiloto a Alejandro P. por Vilagarcía porque le dijo que iban "a tomar marisco". Ambos se dirigieron a un local en donde vio como a Alejandro le entregaban un paquete. Sin embargo, Antonio señaló en el juicio que desconocía su contenido. Negó también que, cuando circulaban de vuelta hacia A Coruña, tuviera conocimiento de que Rubén F., el presunto vendedor, viajaba con antelación para avisarles en caso de que detectara algún control policial en la autopista.
El vehículo en el que viajaban Alejandro y Antonio fue detenido en el peaje de Santiago por la Guardia Civil. Los agentes que intervinieron en la operación declararon mediante videoconferencia que el paquete de cocaína de 682 gramos se encontraba dentro de la bolsa de una tienda sobre la alfombrilla del copiloto a pesar de que el informe elaborado por la propia Guardia Civil, por error, señalaba que se había localizado bajo el asiento del conductor. Además, apuntaron que Antonio mostraba una actitud que hacía sospechar que conocía cuál era el contenido del paquete. El acusado, por su parte, mantuvo que el paquete iba debajo del asiento de Alejandro, quien conducía el turismo. Ambos fueron advertidos por la jueza debido al cruce de comentarios y de miradas que mantenían durante la vista oral y un agente de la policía nacional tuvo que sentarse entre los dos imputados.
Xoán F. reconoció también ante el tribunal que guardaba la droga y que fue colaborador en este delito contra la salud pública alegando que en aquel momento era drogodependiente y que buscaba cualquier fórmula para poder obtener dinero.
El fiscal mantiene la petición de cinco años de prisión y una multa de 24.000 euros para Xoán F. Mantiene esos mismos años de cárcel para Antonio B. y rebaja la petición a tres años para Alejandro P y para Rubén F., acusados también de la operación de compra-venta, con un pago de multa de 200.000 euros. Además, el caso también contempla como responsables civiles a las parejas de dos de los acusados por ser propietarias de los vehículos empleados para cometer la actividad delictiva.