Condenan al Sergas por la muerte de un paciente de Marín que estuvo un año esperando una cirugía cardíaca
Por Natalia Puga
El Servizo Galego de Saúde acaba de ser condenado a pagar una indemnización de 67.500 euros a una familia de Marin por la muerte de un paciente que estuvo un año esperando para ser intervenido de una cirugía cardiaca. El Defensor del Paciente atribuye el fallecimiento a "un cúmulo de despropósitos administrativos", pues al hombre, que tenía 50 años, no le operaron "pese al grave riesgo que corría su vida y el largo tiempo de espera".
El Sergas reconoció en una resolución administrativa que hubo un "fallo asistencial", pero no reconoció que el caso fuese un homicidio por imprudencia profesional como solicitaron desde un principio la familia y su abogado, Cipriano Castreje, sino que lo calificaron como "pérdida de oportunidad". La sentencia impone al Sergas el pago de una indemnización, pero su letrado mantiene que "no es suficiente, nadie pidió perdón".
Los hechos que se condenan en la sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Santiago de Compostela se remontan a los años 2007 y 2008. J.O.F. estaba faenando en alta mar en la zona de Terranova, cuando sufrió un síncope. Fue trasladado desde el buque en el que trabajaba hasta Canadá y una vez allí los servicios médicos ordenaron su traslado a España.
J.O.F. estaba faenando en alta mar en la zona de Terranova, cuando sufrió un síncope y le trasladaron a Canadá y España
Llegó a Marín en octubre de 2007 y pidió cita para un cardiólogo en el Sergas. El abogado del Defensor del Paciente, Cipriano Castreje, indica que a pesar de la urgencia y de la asistencia sanitaria que necesitaba, la cita para consulta se demoró varios meses. En ese tiempo le dieron como excusa que no había cardiólogos suficientes y le dijeron que debía esperar a que le llamaran.
Mientras esperaba, el marinense notó que su problema de salud se agravaba, ya que presentaba disnea a mínimos esfuerzos y dolor torácico, de modo que en diciembre decidió acudir a un cardiólogo privado. El médico que le vio concluyó que se trataba de un paciente "con estenosis aórtica severa sintomática con clínica de síncope post esfuerzo" y recomendó completar el estudio médico con un cateterismo cardíaco con miras a cirugía de cambio de la válvula de la aorta.
Según Castreje, en ese momento ya era urgente que le realizasen una cirugía cardiovascular. Ante este diagnóstico, el paciente acudió de nuevo al Sergas, presentó una reclamación en el Complejo Hospitalario de Pontevedra (CHOP) y consiguió una cita en el Servicio de Cardiología para el 20 de diciembre. El especialista que le atendió le pidió que realizase una prueba de Esfuerzo-Ergometría, pero no se la hicieron hasta ocho meses después de la primera vez que pidió cita, el 9 de junio de 2008.
El 27 de junio acudió a la consulta para revisión y para conocer los resultados de la prueba, pero se encontró con la puerta de la consulta cerrada y le informaron de que el cardiólogo estaba de baja médica y no había consulta. Le aplazaron la cita para el día 26 de enero de 2009, lo que suponía otros siete meses de espera, así que presentó una nueva queja y le citaron en el Hospital Montecelo para el 21 de agosto de ese mismo año 2008.
El Defensor del Paciente considera lo sucedido como "un caso más que evidente de un déficit asistencial"
En esa cita de agosto, en Montecelo le comunicaron que las pruebas practicadas evidenciaron que el caso realmente era grave y que había que intervenir cuanto antes. El cardiólogo pidió que le practicasen un cateterismo urgente en el Hospital Meixoeiro de Vigo y le citaron para dos semanas más tarde, pero tuvo que anularse por congestión del servicio.
En el Meixoeiro le citaron para el día siguiente, pero permaneció allí entre las 16.00 y las 20.00 horas sin que le realizasen el cateterismo porque había un caso urgente. Le citaron por tercer día consecutivo y sí le realizaron la prueba el 1 de septiembre de 2009, diez meses después de que el cardiólogo privado le recomendase esa prueba como urgente y casi un año después de pedir cita en el Sergas.
Tras ese cateterismo, su cirugía se consideró muy urgente ya que, según Cipriano Castreje, "el riesgo de infarto de miocardio y/o muerte súbita en estas condiciones es muy alto". Quince días después, acudió de nuevo a la consulta del cardiólogo del Hospital Montecelo y desde allí contactaron con el Meixoeiro, donde le dijeron, según declaró posteriormente la familia que "ese señor ya está operado". Falleció dos semanas después, del 29 de septiembre de 2008.
El Defensor del Paciente considera lo sucedido como "un caso más que evidente de un déficit asistencial", pues el paciente "murió esperando una cirugía que nunca llegó y sin estar informado del muy grave riesgo que corría su vida".