Volvemos al horario de invierno. Este sábado cambiamos la hora: a las tres serán de nuevo las dos
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Por Redacción
Los pontevedreses, al igual que el resto de los españoles, despedimos este sábado el conocido como horario de verano. Como cada último fin de semana de octubre, habrá que atrasar una hora nuestros relojes. A las tres de la madrugada volverán a ser las dos. Esta modificación horaria obedece a una directiva europea que afecta a todos los Estados miembro de la Unión Europea y su objetivo es que aprovechemos mejor las horas de luz solar.
Este sábado dormiremos pues (o disfrutaremos de cualquier otra forma) una hora más, pero a cambio a partir de ahora anochecerá antes. La mayoría de los dispositivos electrónicos, entre ellos móviles u ordenadores, harán el cambio automáticamente. Solo será necesario ajustar los relojes de pulsera y otros aparatos analógicos tales como despertadores.
Esta costumbre de atrasar el reloj en hora en invierno y adelantarlo en verano se empezó a usar de forma generalizada en 1974 para poder aprovechar mejor la luz del sol (y consumir menos electricidad) tras la primera crisis del petróleo. Siete años después, este cambio pasó a ser obligatorio en los países de la Unión Europea.
Según datos de la Consellería de Economía e Industria, esta modificación horaria supondrá un ahorro potencial de energía en iluminación estimado en el 1% para el sector doméstico y del 3% para el sector servicios, lo que lleva aparejada una disminución total en el consumo eléctrico de Galicia próximo al 0,4%.
El gobierno autonómico señala que, en todo caso, el ahorro motivado por este cambio repercutirá sobre todo en el ámbito familiar, ya que en el industrial la estructura de producción se mantiene de forma constante, con independencia del horario.
Además, el cambio de hora supone una modificación de las horas de luz y oscuridad que produce una serie de alteraciones neurohormonales en los ciudadanos que, normalmente, se superan en unos pocos días tras readaptarse a las nuevas condiciones. Los principales inconvenientes suelen ser pequeñas alteraciones en el sueño, especialmente en niños y ancianos, así como una sensación de cansancio más intensa de lo habitual.
En todo caso, cada vez son más voces y organismos que desmienten este argumento del supuesto ahorro energético. Alegan, entre otras cuestiones, que al anochecer antes las familias gastan más en luz, electricidad y calefacción. Por ello, abogan porque se mantenga el actual horario de verano durante todo el año.