Cindy y Cata, de Pontevedra a la élite mundial de los campeonatos caninos
Por Mónica Patxot & Natalia Puga
Ocobo Catalina La Grande es la perra bulldog inglés más premiada de la historia. Ganadora del Campeonato Mundial Canino de Budapest (Hungría) en 2013, en los dos últimos años se erigió en campeona de Europa, Francia, España, Portugal, Hungría, Gibraltar y Marruecos y este domingo fue premiada como Best in Show en el Absoluto de Adultos del Concurso Canino Isla de la Toja de O Grove. Comparte vivienda con 'Boston Style Choice the Best, una boston terrier que le cogió el relevo como campeona del mundo el 10 de agosto en Helsinki (Finlandia) y que ya es campeona joven Ibérica y de España, Portugal y Hungría. Al igual que su compañera, ha hecho historia, en su caso, al ser la primera campeona joven ibérica.
Ambas tienen un mismo cuidador y dueño, Juanma López, propietario de la tienda Elite Dog de la plaza de Barcelos cuyo amor por los animales le ha llevado a tener en su casa de Barro hasta 20 mascotas, cuatro de ellas dentro de la propia vivienda y el resto en un recinto habilitado a propósito para ellos, en el que la mayoría viven libres y que cuidan permanentemente dos empleados.
Juanma López no oculta su orgullo por sus dos campeonas actuales, 'Boston Style Choice the Best (conocida como Cindy) y Ocobo Catalina La Grande (Cata en su nombre familiar), pero habla con el mismo cariño de todas sus mascotas. Entre ellas hay un buen número de campeones, tantos que ya no tiene sitio para los trofeos en las estanterías de su tienda ni en su casa y algunos los almacena en un número de cajas que ya ni recuerda.
En los últimos cuatro años ha ganado con sus perros todas las exhibiciones celebradas en Galicia, ningún cuidador había tenido hasta ahora dos campeonatos del mundo dos años consecutivos y asegura con orgullo que "de cada 10 o 12 exhibiciones hay una que no gano", pero en el resto sus perros se hacen con el podio. Como ejemplo, hace dos años llevó al campeonato de Estoril un perro para competir en cada clase y "los gané todos". ¿El secreto de haber almacenado tal cantidad de trofeos? La cantidad de exhibiciones y campeonatos a los que acude ("en lo que va de año he tenido uno todos los fines de semana") y "la calidad de mis perros".
La nómina de reconocimientos no es casualidad. Juanma y su mujer Maite Solla persiguen la perfección en todos los perros que adquieren, crían y adiestran para sus competiciones. A Cindy, de 15 meses, la compró en Rusia, el país en el que, junto con Estados Unidos, se dan los mejores boston terrier. A Cata fueron a buscarla hace tres años a Inglatera, de donde son los bulldog ingleses, y su dueño presume de que ha sido reconocida por la Folkestone Hythe and District Canine Society de Reino Unido, esto es, en el país de la raza ha ganado la raza.
Y es que, en el mundo de los campeonatos caninos el secreto es "como en los caballos, el perro tiene que ser muy bueno, lo importante es la calidad del perro". Para lograrlo, además de perseguir por el mundo adelante los mejores pedigrí, cuida al máximo su alimentación desde que llegan a sus manos, pues "la alimentación es lo más importante, sobre todo en razas como las de estas dos (Cata y Cindy), para que tengan la piel y el pelo en buen estado". Cuando son cachorros los entrena a diario para que aprendan cómo comportarse y presentarse ante el jurado de cada campeonato, pero, una vez que ya lo han asimilado, solo es necesario que se lo recuerda con un día a la semana de trabajo: "el entrenamiento importante es cuando son cachorros y luego les doy un toque".
Cata es "lo más próximo al estándar que hay compitiendo en la actualidad"
En los campeonatos caninos se valora que el perro se acerque lo máximo posible a los estándares de su raza, que fija la Federación Canina Internacional para establecer "cómo tiene que ser el perro". El bulldog inglés es "la raza más difícil del mundo", de la que "los especialistas dicen que ocupa el espacio de los posibles porque todo lo que es defecto en otra raza, es virtud en esta". Juanma ha conseguido que su perra Cata sea "lo más próximo al estándar que hay compitiendo en la actualidad" y reconoce que no es sencillo porque en este mundo canino "hay mucha competitividad".
En su caso, asegura no dejarse llevar por esa competitividad, sino por un amor a los perros que descubrió cuando era solo un crío y que ahora le lleva a recorrer 10.000 kilómetros en coche hasta Helsinki solo por el placer de que se considere a su perro el mejor y a gastarse cientos de euros en cada competición sin llegar a ganar nada de ello.
Pese a la concepción generalizada de que a este tipo de exhibiciones se acude para ganar dinero, explica que "en esto no te llevas ningún premio en metálico", más bien todo lo contrario, pues tiene que pagar la inscripción (llegan a ser 90 euros por mascota), desplazamientos por todo el mundo (en su caso ha habilitado una furgoneta Mercedes Viano con tres climatizadores para garantizar al perro las mejores condiciones en sus largos recorridos), alojamientos y días dedicados solo a competir. Incluso "el año pasado, por ganar un mundial, tuve que pagar 20 euros por el diploma". ¿La recompensa? "El cariño de mis perros".