Madrid y Galicia, unidas por la moda.
Por Sylvie Tartán
Queridos lectores, no os descubro nada si os digo que en Galicia, y en concreto, en la provincia de Pontevedra, tenemos un patrimonio arquitectónico excepcional liderado por nuestros bellísimos pazos. Reconocidos más allá de nuestras fronteras, no es de extrañar que la diseñadora madrileña Isabel Núñez, jovencísima, talentosa y con un currículum excepcional, haya elegido el Pazo da Touza para mostrar al mundo su primera colección prêt-à-porter para el verano de 2015.
Vinculada a esta tierra por algo tan bonito como el amor, Isabel decidió hace un tiempo abrir un Atelier en Vigo que acompañara y completara al que ya tenía en Madrid. ¡Gracias, Isabel, por pensar en nosotros y ahorrarnos desplazamientos a la capital! Pero volvamos al evento. Si el marco elegido era esta maravilla, el atrezo que adornaba tan sólido y contundente edificio estaba en consonancia con los elementos inspiradores de la colección: la botánica, las flores y sus volúmenes.
En consonancia con el paisaje, os diré que la flor (y nata) de la zona acudió encantada a ocupar sus asientos para disfrutar del pase: Ambiente de gente guapa, caballeros elegantemente vestidos y señoras con sobredosis de estilazo. Todo un baño de glamour con aroma de perfume francés.
¿Y la colección? ¡Elegante y vistosa! Yo, fiel seguidora del largo a media pierna tan denostado por las usuarias de la falda corta y tan poco visto en la calle todavía, pude deleitarme con el menos (enseña menos) es más (y sugerirás más).
Caídas impecables, cortes asimétricos y volúmenes estructurados que convertían a las modelos en hermosas y vistosas flores esculpidas por las mejores manos. Los tocados de Mimoki, las joyas de Aristocrazy y los zapatos (¡sin plataforma, bien!) de Krack aderezaron los modelazos y aportaron su granito de arena a la clase de la colección sin robarle protagonismo.
Tras el desfile fuimos debidamente alimentados e hidratados, un detalle de extrema importancia cuando se ha realizado un esfuerzo titánico para sobrevivir al síndrome de Stendhal. Y cómo no, antes de recogernos, cumplimos nuestra parte: Felicitar a Isabel Nuñez que sonreía feliz y ataviada con uno de sus vestidos, algo poco habitual en los diseñadores que suelen tirar de uniformes anónimos para este tipo de acontecimientos.
¡Muchas gracias, Isabel, por todo! Nos alegra mucho que tu trabajo tenga sede oficial aquí, en Pontevedra.
¡Besos y abrazos, queridos lectores!