El Sergas indemnizará por daño moral a un pontevedrés al que operaron en el CHOP sin que conste permiso
Por Natalia Puga
El Servizo Galego de Saúde deberá indemnizar con 20.000 euros a un paciente pontevedrés de 30 años por el daño moral que le causaron dos operaciones de columna en el Complejo Hospitalario de Pontevedra (CHOP) para las que no consta que haya firmado consentimiento.
La condena la ha impuesto un juzgado de lo contencioso-administrativo de Santiago de Compostela al considerar que el Sergas no ha conseguido probar la existencia del consentimiento informado para las citadas intervenciones quirúrgicas.
El paciente denunció en el juzgado mala praxis, pero el juez no ha considerado probado que existiese una mala actuación de los profesionales sanitarios que atendieron al paciente y la sentencia condena al Sergas por daño moral.
El abogado del Defensor del Paciente en Galicia, Cipriano Castreje, sostiene que esa mala praxis no ha quedado probada porque el Servizo Galego de Saúde no ha aportado la totalidad de la historia clínica del paciente. Esta documentación desapareció en el incendio de la nave de Alba en la que se destruyeron 500.000 historias clínicas del CHOP en el año 2004 y falta la práctica totalidad del historial, en especial las hojas quirúrgicas. Tampoco sobrevivió ningún otro documento relevante sobre el que un perito pudiese hacer un análisis que determine la correcta o incorrecta praxis médica.
La historia clínica del paciente desapareció en el incendio del archivo del CHOP
Los hechos que han dado lugar a esta sentencia se remontan al año 2003. El paciente Y. D. D., que entonces tenía 30 años, tenía lumbalgia y lumbociatalgia que no conseguía remitirse con otro tratamiento, de modo que le operaron de hernia discal. Fue intervenido por el Servicio de Traumatología del CHOP y reintervenido a los pocos días tras presentar en el postoperatorio cojera y adormecimiento de los dedos del pie derecho.
Tras la nueva intervención, no presentó mejoría, continuó con dolor intenso, necesitó tratamiento paliativo para el dolor y se le diagnosticó una enfermedad crónica, en concreto, "aracnoiditis crónica post-laminectomía".
En vista de la nueva situación, el paciente entendió que la intervención le generó más daño que el que presentaba previamente y que había habido mala praxis, además de no haber sido informado de las posibles secuelas de la operación. Tras acudir al Defensor del Paciente, formuló demanda contra el Sergas.