La pontevedresa María Casero presenta un prototipo de panel solar adaptado a los centros históricos
Por Mónica Patxot & Anxo Lourido
María Casero Vaamonde es una emprendedora pontevedresa que tiene en marcha un proyecto denominado Lume'n, con el que busca una alternativa energética principalmente para los centros históricos y espacios protegidos.
La idea surgió cuando su abuela de 92 años, residente en el centro histórico, recibió una factura elevada de la compañía de la luz. María Casero quiso buscar alternativas que permitieran una bajada del consumo y pensó en aprovechar la energía solar a través de un sistema fotovoltaico limpio. Pero se encontró con las trabas de la Unión Europea, que impide la instalación de paneles solares en las fachadas y en los tejados de las zonas monumentales de las ciudades, protegidos patrimonialmente.
Por este motivo decidió emprender el desarrollo de un panel solar de pequeño tamaño que se instale en los cristales de las ventanas y que permita, cuando menos, cubrir la iluminación de una vivienda.
Este viernes presentaba en la calle Alhóndiga este prototipo novedoso de panel solar con una torre transformadora, del tamaño de un PC. La creadora indica que son elementos totalmente reciclables, sin aluminio, y adaptables a los domicilios hasta el punto de permitir una independencia energética.
Casero, acompañada por el concejal Xaquín Moreda, explicaba que este sistema de energía limpia es móvil y, por tanto, ofrece la posibilidad de trasladarlo de una zona a otra de la vivienda con mayor recepción de radiaciones o también transportarlo a un segundo domicilio.
El prototipo presentado ofrecería independencia lumínica y su precio oscilaría los 500 euros. "Non hai nada así. Ninguén vira esta opción", señaló explicando que el modelo presenta una pequeña placa solar que se instalaría en las ventanas sin provocar penumbra.
Indica que incluso en períodos nublados, el sistema dotado del cristal con efecto lupa capta la luz para convertirla en energía.
"Probeino en Semana Santa, que tivemos mal tempo tremendo e con días nubrados, e sempre estaba en modo carga. Cargou sen problema e tiven independencia de luz", apunta señalando que hay células fotovoltaicas que recogen la luz incluso con baja radiación.
Al 100% de rendimiento el panel tiene una vida de cinco años; al 90%, asciende a quince años de durabilidad y al 80% a veinte años. "Dámoslle unha patada á obsolescencia programada", manifiesta. El problema se presenta con la vida útil de las baterías de litio, que es corto, pero Maria Casero indica que se está trabajando en otras opciones dentro del mercado.
Su idea es que se comiencen a instalar en los centros históricos y también le encuentra posibilidades en los pisos donde se generan conflictos con la instalación del paneles solares en las cubiertas.
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