La cultura, que tanto ayudó en el confinamiento, sufre duramente la crisis a pesar de reconvertirse para ser segura

El sector tuvo que reinventarse sobre la marcha en un 2020 donde se registraron cancelaciones de múltiples actividades artísticas a partir del confinamiento en marzo. Profesionales del ámbito de la creación y fomento de la cultura reclaman a las administraciones ayudas ante las dificultades provocadas por la crisis económica

María García, Fernando e Carlos Rodríguez
María García, Fernando e Carlos Rodríguez / Fernando Rodríguez

La planificación cultural prevista para este 2020 por programadores, distribuidores, artistas e creadores se paralizó y se fue diluyendo con el inicio del confinamiento en un año que se abría con una exposición de Leopoldo Nóvoa en el Museo de Pontevedra.

Se produjo un "desenchufe" de actividades presenciales. El Salón do Libro Infantil e Xuvenil se reconvertía y acogía propuestas virtuales, cesaba temporalmente la actividad del Museo de Pontevedra, también el Ateneo frenaba su programación, las salas de música en vivo y los festivales, los conciertos de música clásica y, al mismo tiempo, quedaban paralizadas también todas las presentaciones de libros y recitales previstos en librerías que, en algún caso, sufrió su particular annus horribilis

Como alternativa, los profesionales de diferentes actividades culturales y creativas dedicaron los momentos más duros del encierro en las viviendas a establecer fórmulas con la intención de levantar el ánimo y ofrecer propuestas por vías telemáticas. De esta forma,  internet se convertía en la herramienta disponible para acercarse a su público o para mantener su visibilidad. Así, se desarrollaban conciertos en streaming por las diferentes redes sociales con la creación incluso de un himno.

El Museo de Pontevedra puso en marcha #aportapechada para conocer a través de vídeos el contenido de diversos departamentos de la institución y desarrolló iniciativas en las redes sociales mientras que Afundación o el Concello de Pontevedra buscaban también a través de estos formatos soluciones para seguir fomentando cultura y entretenimiento.

El sector audiovisual lograba notables éxitos con el estreno de algunas de las más esperadas producciones realizadas en Galicia con profesionales e historias que mantienen: 'La isla de las mentiras' de Paula Cons, 'Nación' de Margarita Ledo y 'Ons' de Alfonso Zarauza, son un ejemplo de trabajos fílmicos con historias desarrolladas en lugares de las Rías Baixas con equipos interpretativos y técnicos de Galicia y reconocidos en diversos festivales.

Además, diferentes municipios de la provincia se han convertido en plató para diferentes producciones en los últimos años y en este 2021, Bambú Producciones comenzaba la grabación en Pontevedra de la serie 'Un asunto privado', que se podrá ver en la plataforma Amazon Prime Video. Mabel Lozano, guionista, actriz y directora también era protagonista de este año con la presentación en Pontevedra de su cortometraje "Biografía del cadáver de una mujer" en el que se recoge el drama de la prostitución. 

El Cine Seixo, en Marín, era el primero en Galicia en abrir sus puertas en el mes de junio para un número de espectadores reducido tras el confinamiento.  Y festivales cinematográficos como el FicBueu o el Novos Cinemas 05 se reinventaban en una edición especial marcada por las restricciones de público y por la adopción de medidas de seguridad. Además, todos los festivales de Pontevedra se agrupan en una misma marca, a través de la Deputación, Rías Baixas Film Fest.

El Culturgal no falló a su cita anual en el Pazo da Cultura con un programa de actividades adaptado, que se pudo seguir online bajo el lema 'Non hai pandemia que poida co Culturgal'. En cambio, el festival Cantos na Maré anunciaba su cambio de ubicación tras 15 años en Pontevedra. A partir de ahora se celebrará en Santiago de Compostela con un cambio de formato.

Al mismo tiempo, todo el sector solicitaba diversas ayudas económicas a la administración para hacer frente a las pérdidas que el estado de alarma provocó entre miles de profesionales. Creadores como el ilustrador Kiko da Silva lo explicaba perfectamente: "non vai haber curro ata 2021. De que se vai vivir?".

En el terreno más institucional, el Pazo da Cultura deja de ser un organismo autónomo, que era gestionado por Pilar Portela, y pasa a estar gestionado desde el Concello de Pontevedra. Paula Cabaleiro se encarga del área cultural de la Deputación y el Museo de Pontevedra cambiaba su imagen corporativa y se hacía con el álbum Nós, de Castelao, como se analiza específicamente en otra parte de este especial.