Miriam Díaz Aroca: "Si somos tan buenas gestionando nuestras casas, ¿por qué no podemos gestionar un país?"
Por Alejandro Espiño
A Miriam Díaz Aroca (Madrid, 1962) la conocimos a finales de los años 80. Era una de las presentadoras más populares de TVE. Pero en los últimos años su carrera se ha centrado en la interpretación. Tras haber protagonizado series como La casa de los líos, Aladina o Mis adorables vecinos, ha sabido hacerse un hueco en el teatro como productora, guionista y actriz. Con esta última faceta llega este viernes a Pontevedra.
Le acompañan, entre otros, Lolita, María Galiana y Pedro Mari Sánchez. Todos ellos representarán en el Pazo da Cultura, a partir de las nueve de la noche, la obra La asamblea de las mujeres, un divertido espectáculo que también hará reflexionar a los espectadores. Sobre él y su trayectoria profesional hablamos con ella en esta entrevista que Díaz Aroca concede telefónicamente a PontevedraViva.
Regresas a Pontevedra casi tres años después de estrenar en la ciudad Ni para ti ni para mí, junto a Belinda Washington. ¿Qué tal el público pontevedrés?
De trabajo sí, de ocio he ido más veces. Tengo verdadera pasión por Galicia, llevo sangre gallega en mis venas y tengo allí muchos amigos. A mí me apasiona ir a Galicia de cualquier modo. Pontevedra no la conozco de forma exhaustiva pero sí he tenido algo de tiempo para visitarla. He de decir que me encanta y el público allí es maravilloso.
¿Cómo es La asamblea de las mujeres, el espectáculo que traéis a Pontevedra?
Es la adaptación de un clásico, Arístofanes un señor muy mal hablado, en donde se pone de manifiesto la importancia de un gobierno de mujeres. Reflexiona sobre ya que somos tan buenas gestionando nuestras casas, por qué no podemos gestionar un país.
Todo ello ambientado en la Grecia clásica…
Sí. La idea es que las mujeres de disfrazan de hombres para poder ir a la asamblea de los hombres que dirigen el gobierno y convencerles de que gobiernen las mujeres. Y todo ello, en clave de humor y de chirigota.
¿Y cómo es tu personaje?
Yo soy una parte de la pandilla de las mujeres que se tunean para hacerse pasar por chicos. Lo disfruto mucho porque además tengo un episodio que es en el barrio rojo, el barrio de las prostitutas, y es un gag divertidísimo. Al final, hasta canto y bailo. Y claro, también ayuda que el elenco que tenemos es todo un lujo.
Eso te iba a preguntar. Lolita, María Galiana, Pedro Mari Sánchez… difícil un equipo mejor, ¿no?
Es un reclamo maravilloso. La historia es muy atractiva y la obra está muy bien dirigida, pero sin duda el reparto lo potencia mucho más.
Además, la obra toca muchos asuntos de actualidad. ¿Los espectadores se verán reflejados?
El tema de las mujeres es el señuelo pero el contenido, tristemente, nunca pasa de moda. La corrupción, la podredumbre y el abuso siguen existiendo a nivel político y económico. El tiempo no ha pasado. Lo mismo ocurría en la Grecia antigua y sigue pasando ahora.
Pero todo ello, como decías, narrado de una forma muy amena y divertida.
Totalmente. Además, la gente participa y se lo pasa muy bien. Las caras que nos encontramos al final son de diversión, emoción y agradecimiento porque son dos horas que se les pasan rapidísimo.
Y ahora que acabamos de estrenar gobierno en España, ¿qué le pediría Miriam Díaz Aroca?
Yo creo que lo que reflejamos en La asamblea de las mujeres. Una buena gestión económica y social del país, algo que es importante sea cual sea el color y la bandera. Lo importante es gestionar la sociedad para el bienestar de ciudadano. Y también defender a ultranza la cultura.
Ahora estás muy centrada en el teatro, ¿te veremos pronto en otros proyectos?
Sí. Además de La asamblea de las mujeres estoy llevando por España una obra que yo mismo he producido y dirigido, Elígete, sobre la violencia de género. Esta profesión es como una ola de oportunidades que cuando viene la aprovechas y la disfrutas. Eso no significa que no pueda surfear en televisión o el cine, pero de momento me centro en el teatro.
¿Y qué le dirías al público pontevedrés para que vaya a veros?
Más que un ánimo es una amenaza (se ríe). Estamos mal acostumbrados. Allá donde vamos colgamos el cartel de no entradas. Con esto lo digo todo. Que se pongan las pilas, que corran a comprar las entradas porque se agotan.