Año y medio de cárcel a dos acusados de una paliza a las puertas de una discoteca de Benito Corbal
Por Natalia Puga
Los pontevedreses Gabriel P.M. y Francisco P.V. deberán cumplir año y medio de prisión por darle una paliza la otro individuo en el exterior de una conocida discoteca de la calle Benito Corbal propinándole patadas y puñetazos.
Los hechos ocurrieron sobre las cuatro de la madrugada de 23 de agosto de 2014 y fueron a juicio el pasado 24 de octubre. La vista no estuvo exenta de polémica, pues tuvo que suspenderse la primera vez que fue señalado porque uno de los acusados, Francisco P.V., se presentó borracho en la sala y no estaba en condiciones de declarar.
La sentencia de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra los declara responsables de un delito de lesiones. Inicialmente la Fiscalía pedía que fuesen condenados a tres años y medio de prisión, pero finalmente el magistrado les impuso año y medio al considerar que en este caso concurre la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas por la "larga tramitación del procedimiento desde los hechos hasta la realización de la vista oral". La sentencia considera que esta tramitación de más de tres años, "no guarda proporcionalidad con la bien pequeña complejidad de la presente causa".
Ambos acusados deberán indemnizar, de forma conjunta y solidaria, al chico al que agredieron con 10.280 euros y también tendrán que pagar al Servizo Galego de Saúde los 8.77,73 euros que generó la atención a la víctima en el sistema sanitario.
El magistrado que firma la sentencia, Xosé Xoán Barreiro Prado, considera probado que los dos acusados mantuvieron una discusión con el otro hombre en el exterior de la citada discoteca y, en el transcurso de la misma, lo agredieron mediante puñetazos y patadas en diversas partes del cuerpo.
A causa de esta agresión, el lesionado resultó con diversas contusiones, traumatismo facial con fractura de los huesos propios de la nariz, herida en el labio superior, herida en el tórax y la pérdida de un diente y la movilidad de otro que finalizó por perder. Tardó en curar ocho días, de los cuales dos estuvo incapacitado y le restan como secuelas una cicatriz de dos centímetros en la zona de la boca, cinco cicatrices en la pared torácica y la pérdida de los dos incisivos centrales inferiores.
En el juicio celebrado en la Audiencia, los acusados reconocieron que se vieron implicados en una pelea, pero en la que recibieron la peor parte por parte del supuesto agredido y de más gente que no fue identificada. Todo golpe que le habían dado fue, según sostuvieron, en defensa propia. La sentencia no da por válida esta versión de los hechos, sino que considera acreditado que ellos fueron los autores de las paliza.
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