Le propina un puñetazo a su pareja y el retraso en llegar a juicio reduce su pena a cinco meses
Por Natalia Puga
Cinco meses de prisión. Es la condena que deberá cumplir un hombre que en julio del año 2017 le propinó un fuerte puñetazo a su novia durante una discusión que fue presenciada por dos agentes de la Policía Nacional. En un primer momento, la pena era de nueve meses, pero vio cómo se reducía por la tardanza en llegar a juicio.
El Juzgado de lo Penal número 4 de Pontevedra había condenado a este hombre como autor de un delito de lesiones leves en el ámbito de violencia contra la mujer y le aplicaba la circunstancia atenuante simple de intoxicación leve, pues en el momento de los hechos había consumido bebidas alcohólicas que le mermaban levemente sus capacidades intelectivas y volitivas
Sin embargo, el acusado recurrió ese condena y ahora la sección cuarta de la Audiencia Provincial estimó en parte su recurso y acordó aplicarle también la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas, pues el procedimiento estuvo totalmente paralizado entre el 8 de marzo de 2019 y el 3 de agosto de 2020.
La Audiencia Provincial reconoce que la tardanza en la celebración del acto del juicio, en parte, se debió a la falta de localización del investigado y de la propia perjudicada, pero considera que resulta "relevante" que la causa estuviese paralizada durante más de un año a pesar de que "se trataba de un procedimiento sencillo y de tramitación simple".
La Audiencia, por lo tanto, considera que se debe rebajar la pena en un grado, de ahí la reducción acordada.
Finalmente, su pena de prisión pasó de nueve a cinco meses y también redujo las otras penas que le impuso, la privación del derecho a la tenencia y porte de armas (pasa de dos años a nueve meses); y una orden de alejamiento que le prohíbe comunicarse con ella y acercarse a ella (pasó de dos años a un año y cinco meses).
Los hechos por los que está condenado son los mismos en ambas sentencias. El acusado, según ambas resoluciones, agredió a su novia sobre la una de la madrugada del 26 de julio de 2017 durante una discusión dentro del coche.
La pareja estaba aparcada en la carretera PO-12 en Pontevedra, empezaron a forcejear, ella le pidió que abandonara el vehículo, él se negó y la agarró por el cuello para apartarla.
Tras eso, "con ánimo de menoscabar su integridad física", le dio un fuerte puñetazo en la cara y ella comenzó a sangrar abundantemente.
Dos agentes de la Policía Nacional estaban en las proximidades y presenciaron la agresión.