"Yo, en realidad, fui a comprar", el intento de defensa de un pontevedrés acusado de vender droga en patinete
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
Juan Carlos R.E., vecino de Pontevedra, se sentó este jueves en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial por presuntamente vender droga al menudeo en la ciudad y, en concreto, por una transacción que se habría producido en la zona de San Mauro utilizando él para moverse un patinete eléctrico.
El juicio ha quedado visto para sentencia y la Fiscalía mantiene la acusación, si bien el procesado mantiene su inocencia y el fiscal sufrió un duro revés al haber una contradicción en la declaración de un agente de la Policía Nacional.
Los hechos que llegaron a juicio este jueves a la sección segunda de la Audiencia ocurrieron sobre las 20.00 horas del 23 de noviembre de 2020 y por ellos el fiscal, Juan Carlos Aladro, pide que el acusado sea condenado a tres años y tres meses de prisión y el pago de una multa de 522 euros como autor de un delito contra la salud pública en la modalidad de sustancias que causan grave daño a la salud.
Su abogado defensor, Manuel Franco Argibay, pidió su absolución al asegurar que donde el fiscal ve una venta de droga, en realidad, hubo una compra, esto es, el acusado, que en aquella época era toxicómano, acudió a comprar cocaína.
El acusado mantuvo su inocencia tanto durante su declaración como a la hora de hacer uso de su derecho a la última palabra. "Yo, en realidad, fui a comprar", aseguró como cierre al juicio. La versión fue la misma, que él era toxicómano, llamó a un número que tenía de un camello y quedó con él en la zona de San Mauro. Una vez alli, llegó una persona en una furgoneta y le compró dos gramos de cocaína, que en aquel momento "no me llegaban para dos días".
El fiscal no realizó ninguna pregunta a Juan Carlos R.E. alegando que no había querido responder durante toda la instrucción, pero sí le interrogó su abogado defensor y le contó que no pudo facilitar a la Policía Nacional datos de su vendedor porque "tampoco lo conocía", sino que él telefoneaba a un hombre y, para las entregas, "venía un día una persona y otro día otra", de modo que no conocía a nadie.
El acusado también explicó que, tras la transacción, abandonó el lugar y, poco después, "me vi embestido por un coche de la policía" que acudía a detenerle y se asustó y tiró la sustancia. Resultaron ser 1,425 gramos de cocaína con una riqueza del 90,97 %, que tenía un valor en el mercado ilícito de 174,21 euros.
La versión policial es diferente y en ella basa el fiscal su acusación, pero este jueves, durante el juicio, un agente de la Policía Nacional que declaró por videoconferencia cambió la versión que había reflejado en el atestado inicial y que había dado en su declaración en el juzgado durante la fase de instrucción. Se trata de un policía que presenció a transacción y había asegurado que había visto cómo el acusado le entregaba al conductor de la furgoneta un bulto que no distinguió y, a cambio, él le daba dinero. Sin embargo, en la sala de vistas aseguró que el movimiento había sido al revés.
Este cambio de versión sorprendió al fiscal jefe de Pontevedra, que llegó a preguntarle "¿me está usted vendiendo?" e insistió en preguntarle si el acusado estaba comprando o vendiendo droga. El policía sí insistió en que estaba convencido de que llevaba la droga encima para vender y que tenía también 380 euros de otras ventas.
Frente a las dudas de este policía, un compañero que también participó en la intervención aseguró sin ningún género de dudas que había visto cómo el acusado metía la mano en la zona de los genitales y sacaba un paquete que entregaba al conductor de la furgoneta y, a cambio, le entregaba dinero. El fiscal destacó, en el momento de las conclusiones finales, que este agente era el que tenía mejor visión del intercambio y mantuvo su acusación contra Juan Carlos.
Por la sala de vistas pasaron seis agentes de la Policía Nacional que, además, relataron todo el operativo policial realizado aquel 23 de noviembre de 2020. Según explicaron, se enmarca en una operación más amplia en la que estaban haciendo seguimiento a una vivienda de la calle Abilleira en la que vivían el acusado y su pareja y que esa misma tarde, antes de lo ocurrido en San Mauro, vieron un importante "trasiego" de toxicómanos entrar en la casa a comprar droga.
Además, los agentes relataron que también habían visto cómo el acusado salía en su patinete en dos ocasiones supuestamente a realizar ventas, si bien no lograron hacerle seguimiento. En el caso de esta salida a San Mauro sí pudieron ir tras él y presenciaron cómo había una transacción, de modo que decidieron darle el alto.
El procesado abandonaba el lugar en un patinete cuando lo pararon y, al verles, tiró tres envoltorios que ellos recuperaron y resultaron ser cocaína. También llevaba encima una importante cantidad de dinero que él aseguró que procedía de la limpieza de una finca, si bien los investigadores consideran que es resultado de la venta de droga al menudeo.