El 17 de agosto lleva el nombre de Galiza Mártir y el de Alexandre Bóveda, como propuso Castelao desde el exilio. Una fecha en la que fue fusilado tras juicio sumarísimo por "traidor a la patria". Una ignominia que sigue sin corregirse oficialmente. Es uno de los objetivos, la "espina clavada" que sigue presente en la hija póstuma de Alexandre Bóveda, Amalia Bóveda Álvarez; y su nieto Valentín García Bóveda.
Con madre e hijo, hablamos de sus padres/abuelos en el programa Do gris ao violeta de PontevedraViva Radio. De una Amalia Álvarez Gallego que tras enviudar hizo fortaleza de la flaqueza para sacar a sus cinco hijos adelante, y fue la primera en perdonar y enseñar el perdón a sus descendientes. Y de un Alexandre Bóveda cuya figura "no se puede condensar en un asesinato injusto" como explicaba Valentín.
Así que sin olvidar su presencia fundamental en el Partido Galeguista, en la elaboración del estatuto de autonomía de Galicia del 36, en la creación de la Caja de Ahorros de Pontevedra, su trayectoria profesional en Hacienda, etc... reseñamos una cara menos conocida: la de contable.
Amalia y Valentín nos "rescatan" los nombres de importantes empresas del momento para las que Bóveda Iglesias realizaba la contabilidad. En tales funciones entra en contacto con los hermanos Obella Vidal, con los que participa en la creación del Instituto Bioquímico Miguel Servet. Éste fue el gérmen del grupo de empresas químico farmacéuticas fundado en Vigo en 1939, llamado Zeltia.