Es tan caro el microchip como el caballo
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Por Redacción
Un joven de Moraña se llevará para casa una verdadera ganga. Por 40 euros, tiene un caballo de cinco años en perfecto estado para juntar con los otros cuatro que ya guarda en la cuadra y que destina a sus actividades de ocio y tiempo libre. Será el equino más económico que ha comprado hasta ahora, pero la cuenta final no será tan redonda como podría parecer inicialmente, pues también tendrá que pagar el microchip y, según las tarifas que se manejan en la actualidad, su coste no baja de 40 euros.
Samuel Piñeiro Castro resultó adjudicatario de la subasta celebrada en el edificio municipal de la calle Churruchaos de Pontevedra, en la que se ponía a diposición de los ciudadanos un equino localizado a principios de mes entre la zona de A Xunqueira de Alba y la carretera de Vilagarcía.
El proceso resultó más rápido y sencillo de lo que esperaban Samuel y el grupo de amigos que le acompañó a la subasta. En apenas dos minutos había terminado todo, pues él fue la única persona que pujó por la res y, ante la ausencia de más ofertas, el personal de la concejalía de Sanidade Animal de Pontevedra se la adjudicó directamente por el precio de salida, 40 euros.
A pesar de que ya es el propietario del caballo, todavía no se lo puede llevar a casa, pues el proceso establecido por el Concello exige que antes del traslado del animal debe proceder a ponerle el microchip identificativo. De hecho, él se muestra muy orgulloso de lo económico que le salió el animal, a pesar de que "hay que ponerle el chip" y es tan caro este sistema como el caballo.
Una vez que esté microchipado, recibirá los papeles que acreditan que el caballo es suyo. Según explicó este viernes, ya tiene otros cuatro y se decidió a pujar en la subasta por el precio de partida del animal. "Nunca antes" había adquirido uno por este método y el más barato que había comprado hasta ahora le había costado 250 euros.
Hasta que se produzca la entrega final, el animal permanecerá custodiado por el Concello en una finca privada en la que está desde que a principios de mes apareció por la zona de las marismas de la Xunqueira de Alba y, cuando los agentes quisieron alcanzarlo, echó a correr. Finalmente, fue atrapado con la colaboración de un conductor que se bajó de su coche en la carretera de Vilagarcía y, como no tenía chip identificativo, no se pudo localizar a su dueño.