Un repartidor reclamado por la Justicia da un cabezazo a otro y ataca con un destornillador a un testigo
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Por Natalia Puga
La Policía Nacional tiene ya identificado a un vecino de Santiago como presunto responsable de dos agresiones registradas en la tarde del lunes en la avenida de Lugo, en un suceso que causó gran revuelo social por lo inusual y violento. El protagonista estaba supuestamente borracho y ya tiene deudas previas con la Justicia por las que tenía una reclamación pendiente.
El hombre es un repartidor que el lunes 17 de junio, sobre las 19.50 horas, llegó a la ciudad desde Santiago con un compañero para entregar una lavadora en la avenida de Lugo. Nada más llegar, llamaron al timbre de los clientes y ellos mismos desde su piso pudieron presenciar el incidente.
Ambos repartidores tenían la lavadora en la mano y, en un momento dado, este hombre la soltó, la dejó en el suelo y le dio un cabezazo al otro, causándole una herida en la nariz.
A continuación, fue hasta le furgoneta de reparto, cogió un destornillador y acabó usándolo para hacerle daño a un hombre que pasaba por allí y quiso mediar en el incidente. Le causó una pequeña herida en la mano.
Tras el incidente, que los clientes pudieron grabar desde su casa, cogió la furgoneta y se marchó del lugar.
La Policía Nacional ya había sido alertada, pero, cuando llegó a la avenida de Lugo, el supuesto agresor no estaba. Sí se entrevistaron con sus víctimas y los testigos y llamaron a los servicios médicos. Una ambulancia atendió en el propio lugar al otro repartidor, que presentaba una herida en la nariz.
Este otro repartidor contó a los agentes que su compañero iba ebrio y, ya durante el trayecto desde Santiago, habían discutido porque le recriminaba su actitud. Cuando llegaron a Pontevedra, la discusión fue a más. Ya antes de que ocurriese la agresión de la avenida de Lugo había tenido un problema de tráfico en el que casi agrede a otro conductor.
Este segundo repartidor recibió atención médica y luego se fue a Santiago con su jefe, que acudió a buscarle. Ambos facilitaron los datos del agresor, que ya está ahora plenamente identificado. Los agentes pudieron comprobar que tenía en vigor una orden judicial de detención y personación por un delito anterior.