El deporte pontevedrés fue protagonista en los Juegos Olímpicos de Tokyo, celebrados finalmente en 2021 un año más tarde de lo previsto debido a la pandemia.
Un nombre sobresalió por encima de todos, el de Teresa Portela, y es que la piragüista hacía historia sólo con llegar a la cita olímpica en la que era su sexta participación, más que ninguna otra española. Pero no se quedó ahí y en un ejemplo de perseverancia y dedicación subía por fin al podio con una medalla de plata que supo a oro en el K-1 200 metros.
Lo había rozado con los dedos con su quinto puesto en Atenas 2004 y Pekín 2008, cuarto en Londres 2012 y sexto en Río 2016, y lo logró finalmente a sus 39 años como premio a su trabajo y constancia. "Me siento orgullosa de haber insistido, de haberme dado una y otra oportunidad y finalmente tener esa recompensa, la medalla en Tokyo", señaló recientemente Portela en la Gala del Comité Olímpico Español.
Pero Teresa no se queda ahí, y ya mira hacia París 2024 en un ciclo olímpico que preparará desde Pontevedra junto al resto del equipo nacional de kayak femenino, que ha establecido en la Boa Vila su sede de entrenamiento. Estar en sus séptimos Juegos Olímpicos "para mí sería algo increíble, aunque ahora aún lo veo muy lejos", ha reconocido.
También en el piragüismo, en este caso en la canoa, llegó una de las grandes sorpresas de Tokyo para el deporte pontevedrés, con la confirmación de Antía Jácome en la élite. La palista de la EP Ciudad de Pontevedra logró ya una clasificación 'in extremis', al no conseguir el pase en el C-2 500 con su compañera Antía Otero y tener que jugarse todo a una carta en un Selectivo celebrado en casa, en el embalse de Pontillón do Castro. Allí, rodeada de los suyos, sacó el billete a Japón, un pasaporte a soñar.
Ya en el país nipón y con todo el desparpajo del mundo Jácome se plantó en la final con gran entereza para pelear por las medallas y lograr finalmente un meritorio quinto puesto que le daba todo un diploma olímpico.
"No he perdido una medalla, sino que he ganado un quinto puesto y estoy muy contenta", señaló tras la prueba la pontevedresa, que se vio entre las mejores y lo confirmó un mes después al conseguir la medalla de plata en el Campeonato del Mundo de Piragüismo celebrado en Copenhague.
Un diploma olímpico, meritorio sin duda aunque más amargo, se llevó también Támara Echegoyen con su compañera Paula Barceló en la clase 49er FX de vela. La regatista pontevedresa, campeona olímpica en Londres 2012, se quedaba a sólo un punto del bronce repitiendo el cuarto puesto de Río 2016.
Echegoyen y Barceló se habían sobrepuesto a toda una montaña rusa en el campo de regatas, con condiciones cambiantes que modificaron por días radicalmente las clasificaciones, para llegar a la definitiva Medal Race en cuarto lugar y con sus aspiraciones intactas. Sin embargo, en la tanda definitiva, se vieron frenadas en la salida y aunque intentaron remontar un toque en un cruce con unas rivales hizo que penalizasen y se despidiesen definitivamente de la ansiada la medalla.
El segundo metal pontevedrés en Tokyo llegaría en los Juegos Paralímpicos, con un Juan Antonio Saavedra que a sus 47 años sumaba por fin su buscada segunda medalla en la que era su quinta presencia olímpica. Lo había conseguido en Londres 2012 (plata) y había sumado diplomas en Sydney 2000 y Atenas 2004. En esta ocasión Saavedra lo rozó en su primer prueba, pero finalmente fue en la de carabina tendida 50 metros SH1 en la que se llevó el bronce.
Los Juegos Olímpicos dejaron también otra medalla con recuerdo pontevedrés, aunque fuese para la delegación brasileña. El canoísta Isaquías Queiroz logró el triunfo en el C-1 1.000 metros y en lo alto del podio se acordó del entrenador que lo llevó a la élite, el fallecido Suso Morlán. "El oro es tuyo", aseguró Queiroz en una de las historias más emotivas de los Juegos recordando al técnico que estuvo detrás de sus primeras medallas en Río y también del éxito de David Cal.
Además a Tokyo llegó con esperanzas y todas sus opciones de pelear por la segunda medalla olímpica Javier Gómez Noya, pero un mal día en la carrera de triatlón asfixiado por las duras condiciones meteorológicas le hizo finalizar en el puesto 25, en la que "posiblemente haya sido mi última carrera ITU", señaló al finalizar avanzando sus planes de competir a partir de ahora en la larga distancia.
Por último, desde el Centro Galego de Tecnificación Deportiva de Pontevedra el joven remero noiés Caetano Horta consiguió la séptima plaza final en el doble scull ligero dándole al CGTD un diploma olímpico.