Driss El Mokarrabe, de inmigrante ilegal a orgullo del Mareantes Rugby Club
Por Alejandro Espiño
Se llama Driss El Mokarrabe. Tiene 17 años y es de origen marroquí. Se ha convertido en el orgullo del Mareantes Rugby Club. En su segunda temporada de competición y su primera participación con un combinado territorial, fue elegido como Mejor Jugador Sub18 del Campeonato de España B de Selecciones Autonómicas celebrado este fin de semana en Lorca (Murcia). En él, Galicia se hizo con la medalla de plata.
Pero más allá de sus éxitos deportivos, es el protagonista de una bonita historia de superación personal e integración gracias al rugby. Como otros tantos inmigrantes ilegales, Driss El Mokarrabe llegó a España asido a los bajos de un camión en busca de una vida mejor. Sacrificó parte de su infancia para sobrevivir y al contrario de muchos, sus cualidades innatas para el deporte no son garantía de un futuro mejor.
Driss recaló primero en el fútbol, pero su difícil carácter, forjado en la escuela de la calle jugó en su contra. La pasada temporada descubrió el rugby durante un programa de formación y captación realizado por el Mareantes Rugby Club, que llevó a varios monitores a su centro educativo, y atraído por este nuevo reto aterrizó en un deporte que le va como anillo al dedo pues su fortaleza física y mental le convierten en un verdadero "coco" para sus oponentes.
Dicen de él sus entrenadores que es "la prueba viva de que algo se está haciendo bien". Lo describen como un joven con unas cualidades físicas privilegiadas y la psicomotricidad de un atleta de élite, "podríamos estar hablando de un medallista olímpico", explican.
Destacan su labor de liderazgo con sus compañeros, a los que siempre anima a trabajar, esforzarse y sacrificarse por el bien del conjunto, y el cuidado y protección que ejerce sobre los compañeros más pequeños del club, pertenecientes a equipos de categorías inferiores, mostrando siempre disponibilidad para ayudarles y animarles en su esfuerzo.
La actual lucha de los entrenadores y directivos del club pontevedrés es actualmente más personal que deportiva y va en pos de convertir a Driss en un hombre de provecho, que se integre en el tejido social y pueda reclamar su oportunidad con todos los derechos, y de momento, con todas las dificultades que ello implica, "parece que vamos en el buen camino", afirman sus entrenadores.
"Esperemos que esta sea la primera de muchas buenas noticias que puedan acompañar a Driss en su bagaje deportivo, y sobre todo... en su vida", señalan desde el club.